Estudiar mientras se trabaja puede parecer un reto abrumador. Las exigencias del entorno laboral, sumadas a las responsabilidades académicas, pueden generar altos niveles de estrés si no se maneja adecuadamente el tiempo, la energía y la motivación. Sin embargo, cada vez más personas deciden complementar su formación profesional sin renunciar a su empleo. ¿La clave? Encontrar el equilibrio.
La actualización constante de conocimientos es vital en un mercado laboral que cambia a gran velocidad. Las habilidades tecnológicas, los idiomas y los programas de formación específica aumentan la empleabilidad y abren nuevas puertas profesionales. De hecho, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (2023) destacó que quienes combinan experiencia laboral con formación continua tienen más posibilidades de ascenso y mejores ingresos.
Además, estudiar mientras se trabaja ayuda a aplicar el conocimiento en tiempo real. Esto permite consolidar el aprendizaje con mayor eficacia, ya que se contextualiza directamente en situaciones laborales cotidianas.
1. Planificación del tiempo: usar agendas digitales o físicas para organizar tareas académicas, laborales y personales evita el colapso. Establecer bloques de estudio realistas es fundamental.
2. Establecer prioridades: no todo es urgente ni importante al mismo tiempo. Identificar qué requiere atención inmediata permite tomar decisiones conscientes y reducir la sobrecarga mental.
3. Elegir la modalidad adecuada: programas virtuales o híbridos permiten mayor flexibilidad. Hoy existen múltiples opciones que se adaptan a distintos horarios y niveles de compromiso.
4. Buscar redes de apoyo: compartir experiencias con otros que estudian y trabajan puede ser muy útil. Contar con una red de compañeros o mentores facilita la adaptación.
5. Cuidar la salud mental y física: dormir bien, alimentarse de forma equilibrada y tomar pausas activas mejora el rendimiento académico y previene el agotamiento.
Si bien requiere compromiso, estudiar mientras se trabaja no debe implicar renunciar al bienestar. El equilibrio entre metas personales, desarrollo profesional y salud mental es posible con una buena organización y acceso a herramientas adecuadas. Según la Universidad del Rosario (2022), el 65% de los adultos jóvenes que estudian y trabajan considera que esta combinación ha sido clave para alcanzar sus metas sin comprometer su calidad de vida.
Coomeva, en su compromiso con el desarrollo profesional de sus asociados, ofrece acceso a programas de educación continua, convenios con instituciones educativas y orientación en planificación académica. Estas herramientas permiten avanzar profesionalmente sin descuidar el bienestar ni la estabilidad económica.
Referencias
• Banco Interamericano de Desarrollo (2023). La formación continua como motor del desarrollo laboral en América Latina.
• Universidad del Rosario (2022). Estudio sobre jóvenes trabajadores y formación académica en el país.