Ahorra como si fuera un gasto fijo y transforma tus finanzas


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Ahorro


Existen una idea que cambia radicalmente la forma en que se administran las finanzas personales: considerar el ahorro como un desembolso constante. Al igual que se abonan mensualmente el alquiler, los servicios o el mercado, también se debería "aportar" una cantidad al ahorro, manteniendo la misma disciplina y prioridad. 

Esta sencilla elección no solo robustece la estabilidad económica, sino que contribuye a forjar un hábito que, con el paso del tiempo, se transforma en un componente habitual de la rutina financiera cotidiana.

Cuando el ahorro se almacena para "lo que surja", prácticamente nunca se produce. El impulso de poner dinero en actividades no organizadas, el deseo de satisfacer anhelos temporales o simplemente la desorganización causan que ese dinero se extinga sin dejar huella. En cambio, cuando se asigna un porcentaje fijo del ingreso al ahorro, justo al recibir el salario, se asegura que ese dinero se aparte antes de empezar a gastar. Es un método para salvaguardar el futuro antes de disfrutar el presente sin restricciones. 

El gran beneficio de tomar el ahorro como un gasto prioritario es que exige reorganizar los demás costos con base en lo que realmente se puede gastar. En lugar de guardar lo que queda tras el gasto, se consume lo que queda tras el ahorro. Esta sencilla inversión de lógica genera un enorme cambio. El lector se torna más consciente, más estratégico y mucho más apto para eludir deudas superfluas o consumos irracionales que no generan valor tangible a largo plazo.

Para llevar a cabo esta estrategia, es suficiente con establecer un porcentaje estable del ingreso que se asignará al ahorro, preferentemente entre el 10% y el 20%, dependiendo de las oportunidades. Ese valor podría destinarse a una cuenta de ahorro, un fondo de inversión, una distribución digital o cualquier otro método que impida tenerlo al alcance inmediato. Lo crucial es que sea constante, que no se "negocie" mensualmente dependiendo del humor o la tentación del instante.   

También resulta beneficioso asignarle un objetivo al ahorro. Ahorrar para adquirir una vivienda, para trasladarse, para una situación de emergencia o para comenzar un negocio ayuda a conservar la motivación. No es igual ahorrar por economizar, que tener un objetivo bien definido y sentir que cada contribución es un avance más próximo a alcanzarlo. Y al observar el crecimiento de ese fondo, el lector experimenta orgullo, confianza y libertad económica.

Tratar el ahorro como un gasto fijo es una de las decisiones más inteligentes que se pueden tomar. Es una inversión en uno mismo, en el bienestar familiar y en la tranquilidad de saber que se está preparado para lo inesperado. Así que, si aún no lo haces, este es un buen momento para empezar. Decide cuánto vas a ahorrar, configúralo como si fuera otro recibo del mes y deja que tu futuro se construya con disciplina y constancia. Te invito a conocer los programas de educación financiera que ofrece la Cooperativa Coomeva.

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