El alquiler con opción de compra se ha convertido en una alternativa interesante para quienes desean acceder a una vivienda, pero aún no cuentan con los recursos suficientes para dar un paso definitivo. Este mecanismo permite al arrendatario habitar un inmueble pagando un canon mensual, con la posibilidad de adquirirlo después de un tiempo determinado, aplicando parte de lo pagado al valor final de la compra. En un contexto en el que el acceso al crédito hipotecario puede ser complejo, este esquema representa un puente entre el arriendo tradicional y la compra definitiva.
Una de sus principales bondades es la flexibilidad financiera. El arrendatario puede vivir en la vivienda sin tener que desembolsar de inmediato una cuota inicial alta. Durante el contrato, tiene la oportunidad de organizar sus finanzas, ahorrar y evaluar si el inmueble realmente se ajusta a sus necesidades. Además, el hecho de que parte del canon de arriendo pueda descontarse del valor final de compra lo convierte en una especie de ahorro programado que incentiva la construcción de patrimonio.
Otra ventaja importante es la posibilidad de congelar el precio de venta desde el inicio del
contrato. En un mercado inmobiliario donde los valores suelen aumentar con el tiempo, fijar un
precio con anticipación protege al comprador de la inflación y brinda mayor certeza sobre el costo
final del inmueble.
Sin embargo, este modelo también exige precauciones. No todos los contratos de alquiler con opción de compra garantizan condiciones claras y justas. Es fundamental revisar que quede estipulado qué porcentaje del canon se abonará a la compra, cuál será el plazo para ejercer la opción y bajo qué condiciones podría perderse ese beneficio.
También se debe analizar la estabilidad económica del arrendatario durante el plazo del contrato.
Si llegado el momento no cuenta con la capacidad para ejercer la opción de compra, podría perder
el dinero acumulado, quedando solo con la experiencia del arriendo. Por ello, asesorarse
jurídicamente y entender bien las cláusulas del acuerdo es indispensable.
Este tipo de alternativas, bien gestionadas, pueden ser una vía realista para quienes buscan la
seguridad de una vivienda propia sin tener que comprometerse de inmediato con un crédito
hipotecario. Lo importante es evaluar con criterio, planear con calma y tomar decisiones
informadas.
En este camino, Coomeva se convierte en un apoyo clave para quienes desean explorar esquemas flexibles de adquisición de vivienda. A través de sus programas de acompañamiento, educación financiera y beneficios para asociados, impulsa que más familias logren su meta de tener casa propia, de forma planificada y sostenible.
Referencias
• Superintendencia de Notariado y Registro. (2023). Guía sobre modalidades de adquisición de vivienda.
• Semana Económica. (2022). Alquiler con opción de compra: ventajas y riesgos.