¿Realmente estás comprando tus alimentos de forma consciente, o es una decisión basada en lo atractivo del empaque o en las frases como “cero colesterol” o “libre de azúcar”?
Puede parecer exagerado, pero es importante revisar las etiquetas nutricionales de los alimentos al momento de hacer el mercado, por que en esas tablas que se ubican en la parte posterior del producto y que en ocasiones tienen una letra muy pequeña, casi invisible, podemos reconocer qué estoy consumiendo y si es una compra inteligente o por el contrario estoy trayendo enfermedades en una bolsa de mercado.
Así que, te voy a explicar 4 elementos que debes revisar en las etiquetas nutricionales:
Es la cantidad de producto que se calcula que consume una persona promedio, es decir, un adulto sano de edad mediana. Esta información es relevante porque a veces leemos 3 gr de azúcar y asumimos que todo el producto solo tiene 3 gr, y resulta que la interpretación es 3 gr de azúcar por porción. Por ejemplo una gaseosa oscura trae 11 gr de azúcar por cada 100 ml pero una gaseosa personal contiene 400ml, así que en esa sola gaseosa estás consumiendo 44 gr de azúcar.
Que diga cero azúcar, no quiere decir que no esté endulzado, de hecho los productos que utilizan sustancias como la maltodextrina o el acesulfame en reemplazo del azúcar pueden ser mucho más perjudiciales, por lo que se debe preferir los alimentos con poca cantidad de azúcar.
Muchos productos a los que se le retira la grasa pierden su sabor y por esto se incluyen aditivos y endulzantes que mejoren el sabor del producto. Esto nos lleva a consumir “cero grasa” pero a aumentar la ingesta de ultraprocesados y endulzantes innecesarios que al final son altamente dañinos.
Aunque parece lógico que si compramos un queso, esperamos que su ingrediente sea queso, en muchas ocasiones nos encontramos con la sorpresa que el ingrediente principal no es el que se menciona en la publicidad del producto. Por eso, debemos verificar que los ingredientes correspondan al producto esperado y procurar que no contengan ingredientes artificiales, lo ideal es consumir productos lo menos procesados posible.
Estas recomendaciones pretenden llevarte a pensar en cómo puedes mejorar día a día tu salud, así que la próxima vez que vayas al mercado échale un vistazo a las etiquetas y no te dejes llevar por el impulso de compra, recuerda que el balance es la clave.
