La brújula, como instrumento de orientación, fue inventada en China en el siglo II después de Cristo, pero tardo varios siglos en llegar al continente europeo. En el siglo XVI la brújula se convirtió en instrumento esencial para la navegación, ya que permitía conocer el rumbo, ya fuera de día o de noche, o en buenas o malas condiciones climáticas.
La brújula china era una aguja hecha de imán, la cual flotaba en un recipiente con agua en una caja de madera, cuya función era señalar el norte magnético terrestre.
A partir de la mitad del siglo XX, la brújula comenzó a ser reemplazada por sistemas de navegación más avanzados, como el GPS.
Independiente de la brújula que utilicemos, en el momento de su uso no debemos estar próximos a objetos metálicos ni eléctricos ni a depósitos minerales, porque estos afectan el magnetismo y obtendríamos resultados /o datos erróneos.