El cigarrillo electrónico fue inventado en China, su uso se ha extendido vertiginosamente por todo el mundo. El cigarrillo electrónico se creó con el fin de reproducir la experiencia de fumar tradicional que incluye:
En el cigarrillo electrónico, el vapor es generado por:
Existen múltiples modelos de cigarrillos electrónicos con colores y formas variadas. Lo más común es que tengan el aspecto del cigarrillo convencional, o forma de puro o pipa.
Aunque muchos de los fumadores de cigarrillos electrónicos eran antes fumadores de cigarrillo convencional, preocupa el atractivo que los cigarrillos electrónicos ha generado en los jóvenes y el potencial que éstos tienen en generar adicción y potenciar una migración de éstos jóvenes hacia el uso del cigarrillo convencional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a los cigarrillos electrónicos ha recomendado:
El propilen glicol es la principal sustancia presente en el líquido de carga de los cigarrillos electrónicos, y aunque esta es una sustancia segura por ingestión oral, no se cuenta con la suficiente información con respecto a sus efectos cuando la sustancia es inhalada durante un tiempo prolongado, por lo cual este sólo hecho debería ser suficiente para reconsiderar el uso de los cigarrillos electrónicos.
De igual forma, no existe información científica suficiente que respalde la eficacia de los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar ni en la reducción de la sintomatología asociada al síndrome de abstinencia del fumador.
Sin duda, los cigarrillos electrónicos constituyen un producto novedoso y moderno que genera mucha controversia tanto en la comunidad científica como en la social y sanitaria, por lo cual encontramos muchos argumentos en pro y en contra de su uso. Por lo cual en este momento lo que se sabe con certeza es que su uso no es seguro ni recomendable y menos para la población joven y no fumadora.