Cuando éramos pequeños, nuestros familiares, amigos y maestros nos hicieron la pregunta “¿Qué quieres ser cuando seas grande?” refiriéndose a la profesión a la que queríamos dedicarnos en un futuro o la manera en la que queríamos ganarnos la vida.
Lo cierto del caso es que, en su momento, apenas estábamos empezando a descubrir nuestros gustos, talentos e incluso nuestra personalidad, por lo que es muy probable que actualmente no nos dediquemos a lo que dijimos que queríamos hacer cuando éramos niños. Sin duda, existen excepciones en las que algunas personas tienen la profesión que soñaban de pequeños, pero no es el común denominador en nuestra sociedad.
A lo largo del camino de nuestra vida cuando vamos adquiriendo madurez, experiencias y vamos conociéndonos un poco más, empezamos a adoptar preferencia, a entender lo que nos gusta y lo que no y a tener una idea sobre lo que queremos en el futuro.
A partir de este conocimiento empezamos a tomar decisiones. Decisiones que son radicales, como, por ejemplo: qué carrera estudiar, si hacer un posgrado o una tecnología, o si arriesgarnos a emprender en un negocio.
Es de acuerdo con esta elección que comienza a definirse el futuro y nuestra estabilidad personal, profesional y financiera.
Bienestar financiero: la elección de una carrera y el éxito profesional pueden determinar el nivel de ingresos y la estabilidad financiera. Esto, a su vez, afecta la capacidad de una persona para cubrir sus necesidades básicas, ahorrar para el futuro y disfrutar de ciertos aspectos de la vida.
Satisfacción personal: La satisfacción en el trabajo es un componente clave para el bienestar general. Pasamos gran parte de nuestras vidas trabajando, por lo que tener un trabajo que brinde satisfacción y sentido puede contribuir en gran medida a la calidad de vida.
Relaciones sociales: El entorno laboral y las interacciones profesionales pueden influir en las relaciones personales. Un trabajo que requiere mucho tiempo puede afectar la cantidad de tiempo disponible para la familia y amigos, mientras que un entorno laboral positivo puede mejorar la calidad de las relaciones sociales.
Desarrollo personal: La carrera profesional a menudo implica oportunidades de aprendizaje y crecimiento. La posibilidad de adquirir nuevas habilidades y conocimientos puede contribuir al desarrollo personal y al sentido de logro.
En conclusión, la elección de nuestro camino profesional nos afecta en todas las áreas. Es por esta razón que no debe de ser una decisión a la ligera, sino que, por el contrario, debemos ser analíticos y revisar qué opción cumple con nuestros objetivos a corto, a mediano y a largo plazo, teniendo en cuenta que más que una profesión, se trata del camino de nuestra vida.
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