Si quieres que haya más innovación en las empresas, debes empezar por revisar a qué dedican el tiempo los empleados: ¿Cuántas reuniones innecesarias se realizan diaria y semanalmente? ¿Cuántos e-mails reciben que no son útiles y que por el contrario, roban su tiempo? ¿Cuántas comidas de trabajo se realizan y de cuánto tiempo de duración?
Los cambios organizacionales que modifican las rutinas de los empleados, son los que permiten la realización de todo el potencial de innovación. Si se quiere innovar en la organización, se debe empezar por cambiar algunas rutinas heredadas o absurdas y que acaban con el tiempo que podrías dedicar a innovar.
A menudo, el día a día, absorbe tanto tiempo y energía que las organizaciones olvidan que los seres humanos también requieren espacios para el ocio, el juego y la relajación, para que su mente se recargue. Una persona colapsada no puede idear, ni innovar.
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Referencia
Guzmán, J. A. A. (2015). La innovación empresarial y la cultura organizacional. 3C Empresa: investigación y pensamiento crítico, 4(3), 160-174.