Un edulcorante, es cualquier sustancia que se añade a un alimento para brindarle un sabor dulce. Existen dos tipos de edulcorantes: naturales y artificiales. Los edulcorantes naturales son los azúcares que obtenemos de la naturaleza entre los cuales encontramos la planta de Stevia, y el azúcar de caña de la cual se obtiene el azúcar de mesa. Mientras que los edulcorantes artificiales son azúcares fabricados en laboratorios entre los cuales podemos citar: sacarina, aspartame, sucralosa, jarabe de maíz. De acuerdo a estudios científicos, si quieres reemplazar el azúcar común por un edulcorante para consumir menos calorías, o quieres una dieta más sana o combatir problemas de salud como la diabetes, lo aconsejable es consumir edulcorantes naturales que no brinden calorías como la Stevia. Consumir edulcorantes artificiales aunque éstos no aporten calorías puede resultar muy riesgoso para el sistema nervioso porque muchos estudios asocian su consumo a problemas neurológicos.
La Stevia es una planta originaria de Paraguay, y que ha sido usada desde hace muchos siglos por los indios guaraníes, para endulzar sus infusiones de hierbas. La Stevia contiene en sus hojas glicósidos (una clase de azúcares), principalmente:
De los glicósidos mencionados los que tienen mayor poder endulzante son: Esteviósido y Rebaudiósido. Una hoja de Stevia es quince veces más dulce que el azúcar común.
Quienes defienden el consumo de la Stevia, destacan de la Stevia las siguientes propiedades:
La Stevia incluso ha sido usada en ganadería y agricultura, algunos ejemplos de esos usos son:
Pese a todas las propiedades mencionadas, en muchos países es cuestionado el uso de Stevia y no se ha aprobado como aditivo alimentario, argumentando que no existen estudios suficientes sobre la seguridad de su consumo. Sin embargo, existen gran número de estudios que acreditan las propiedades benéficas de su consumo, a lo que se suma el hecho que existe una historia de consumo tradicional en Paraguay, que data de hace varios siglos y que no debemos desconocer.
