Una de las necesidades fundamentales para el proyecto de vida de
los jóvenes que llevan cierto tiempo en el campo laboral y se encuentran en el proceso de construir una familia es, sin duda, tener vivienda propia. Aunque existen otras posibilidades, como arrendar un inmueble, por ejemplo, sabemos que nada se compara a estar presente en cada uno de los pasos, desde pintar la sala hasta decorar las habitaciones, que implica la compra de una casa nueva.
Lo importante antes de empezar es tener claro que se trata de
un proceso que exige cierto análisis y calma, pues tendremos
que ajustar nuestras aspiraciones a diferentes factores, como la distancia que va desde
nuestros lugares de trabajo hasta el proyecto inmobiliario deseado, la zona en que se encuentra, los parques o espacios de recreación cercanos, y nuestra propia capacidad de ahorro.
En primer lugar, será necesario definir en qué
momento de nuestro proceso nos encontramos. Si, por ejemplo, queremos hacer una inversión considerable en un posgrado o en lanzar una start- up,
es posible que no nos alcance el tiempo para adquirir casa nueva.
Lo mismo puede decirse de nuestro nivel económico, ya que un crédito hipotecario es una responsabilidad a largo plazo que no podemos dejar de cumplir. Por fortuna, actualmente existe una opción accesible que está expresamente dirigida a los jóvenes trabajadores, uno de los sectores demográficos
en constante crecimiento. Se trata de los subsidios gubernamentales para
adquirir vivienda de interés social, más conocida como
VIS. Esta opción ha tenido una gran acogida en el país, al punto que varios estudios indican que siete de cada
diez viviendas adquiridas durante el año 2021 hacen parte de este segmento.
Entre las ventajas que ofrecen las VIS, vale la pena recordar los subsidios que el Gobierno nacional ha destinado para financiar parte de la cuota inicial y el
subsidio que se dirige a la tasa de 0.32%
mes vencido (MV) sobre la tasa de interés
del crédito hipotecario, siempre y cuando el
comprador cumpla los parámetros que ha definido el Ministerio de Vivienda. Así mismo, ya que este plan de vivienda se dirige a familias con ingresos inferiores a 4 salarios mínimos que no tienen una propia, es de
fácil gestión y no requiere intermediarios ni pagos de
inscripción. No es un secreto que la situación actual del país a causa de la pandemia, junto a todas las coyunturas que ésta trajo consigo, ha contribuido a que la búsqueda de vivienda propia sea una necesidad casi impostergable, sobre todo para la población que lleva poco tiempo desempeñándose en el campo laboral. Por eso, los subsidios de vivienda para jóvenes, en especial aquellos enfocados en las VIS, ofrecen una posibilidad cómoda, económica y de bajo riesgo para alcanzar este sueño. Podemos encontrar otra opción de interés en el caso de la vivienda nueva no VIS con un valor comercial menor a 500 salarios mínimos, pues el Gobierno ha dispuesto para facilitar su adquisición ella un subsidio que reduce los intereses mensuales del crédito en un monto fijo durante los primeros siete años.
