Síndrome del impostor en emprendedores: cómo reconocerlo y superarlo


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El síndrome del impostor

Emprender es un camino lleno de retos, aprendizajes y recompensas. Sin embargo, detrás de cada logro también puede esconderse un enemigo silencioso: el síndrome del impostor. Este fenómeno psicológico afecta a miles de emprendedores alrededor del mundo, incluso a aquellos que ya han alcanzado un nivel significativo de éxito. Pero ¿qué es exactamente y cómo se puede superar?


El síndrome del impostor se manifiesta como la creencia constante de no ser lo suficientemente capaz, a pesar de tener resultados tangibles que demuestran lo contrario. Quienes lo padecen suelen atribuir sus logros a la suerte, a la ayuda de terceros o a circunstancias externas, en lugar de reconocer su propio talento y esfuerzo. Esto genera ansiedad, inseguridad y miedo a “ser descubiertos” como un fraude.

En el caso de los emprendedores, el impacto puede ser aún mayor. Al iniciar un negocio, se enfrentan a la incertidumbre, la falta de referencias claras y la comparación con otros empresarios que parecen tener más experiencia o recursos. Este escenario alimenta pensamientos como: “No estoy preparado para esto”, “no soy tan innovador como otros” o “tarde o temprano fallaré y los demás lo verán”.

La buena noticia es que el síndrome del impostor no tiene por qué convertirse en un obstáculo permanente. Existen estrategias efectivas para enfrentarlo: 

  1. Reconocerlo: El primer paso es aceptar que este síndrome existe y que no se trata de una falla personal. Comprender que muchas personas exitosas han atravesado la misma sensación ayuda a normalizar la experiencia. 
  2. Celebrar los logros: Llevar un registro de metas alcanzadas, clientes satisfechos o hitos importantes del negocio permite ver con claridad los avances y recordarse que no son fruto del azar. 
  3. Cambiar la autocrítica por autocompasión: Los emprendedores suelen ser perfeccionistas. Reemplazar frases negativas como “no soy suficiente” por “estoy en proceso de aprendizaje” abre espacio para la mejora continua sin caer en la autoexigencia destructiva. 
  4. Buscar comunidad y mentoría: Compartir experiencias con otros emprendedores o contar con un mentor ofrece perspectiva y apoyo emocional. Escuchar historias similares ayuda a dimensionar que las dudas son parte del camino. 
  5. Acción sobre parálisis: El miedo a equivocarse puede frenar decisiones importantes. La clave es avanzar, incluso con pequeñas acciones, y entender que los errores forman parte natural del crecimiento empresarial.

En conclusión, el síndrome del impostor es un reto psicológico común entre emprendedores, pero no insuperable. Con autoconciencia, herramientas adecuadas y apoyo, es posible transformar esa inseguridad en motivación. Al final, la verdadera credibilidad no se basa en sentirse perfecto, sino en atreverse a crear, aprender y seguir avanzando.

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Fuente: https://escuela-emprendedores.alegra.com/colombia/sindrome-del-impostor-como-superarlo/

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