Colombia es un país de soñadores. En medio de contextos desafiantes como la informalidad laboral, la incertidumbre económica y las brechas tecnológicas, miles de colombianos han encontrado en el emprendimiento en Colombia una vía no solo para generar ingresos, sino también para transformar sus comunidades y redefinir su proyecto de vida. Emprender en Colombia, sin embargo, no es un camino fácil: exige creatividad, adaptabilidad y, sobre todo, una enorme capacidad de resiliencia.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), Colombia es uno de los países con mayor intención emprendedora en América Latina, con un 57 % de adultos que desean iniciar un negocio. No obstante, solo una parte logra sostener su empresa más allá de los tres primeros años. ¿La razón? Muchos inician sin planeación, sin redes de apoyo y sin conocer a fondo el mercado.
En ciudades como Manizales, Bucaramanga o Pasto, se han consolidado ecosistemas de emprendimiento que han dado vida a cientos de ideas innovadoras. Casos como el de “Chocokiss” en Quibdó, una microempresa liderada por mujeres que transforma el cacao en productos gourmet, o “Ekomuro H2O+”, que convierte botellas recicladas en sistemas de recolección de agua lluvia, son prueba del potencial transformador del emprendimiento en Colombia.
Estas iniciativas nacen no solo de la necesidad, sino también del deseo de impactar positivamente su entorno. Detrás de cada idea hay historias de esfuerzo, formación continua, mentorías y redes de cooperación que fortalecen la sostenibilidad del negocio. Las universidades, cámaras de comercio, fondos públicos como el Fondo Emprender SENA y organizaciones como iNNpulsa Colombia han sido claves para apoyar estos procesos, pero aún persiste un gran reto: lograr que los emprendedores colombianos comprendan la importancia de la formalización, el manejo financiero y la innovación constante.
Todo comienza con una idea clara y un problema real por resolver. Luego, se requiere validar la propuesta con potenciales clientes, construir un modelo de negocio sólido y rodearse de aliados. Es fundamental buscar formación para emprendedores en herramientas digitales, finanzas básicas y gestión del tiempo. También es recomendable vincularse a comunidades de emprendimiento donde el intercambio de experiencias fortalece el camino.
Coomeva emprende: impulsa el espíritu emprendedor
Como cooperativa comprometida con el desarrollo personal y profesional, Coomeva ofrece espacios de formación, asesoría y redes colaborativas para que los emprendedores colombianos no caminen solos. Entiende que emprender es un acto de valentía y, al mismo tiempo, una apuesta por un país más equitativo y creativo.
Si tienes una idea, no la dejes guardada. Emprender en Colombia no es solo vender un producto: es transformar tu vida y la de otros. El reto es grande, pero las oportunidades también lo son. Y tú puedes ser parte del cambio.
Referencias
