La equidad de género no es solo una meta global; es una necesidad urgente para construir sociedades más justas, sostenibles y con mayor bienestar colectivo. En este camino, el modelo cooperativo ha demostrado ser un escenario fértil para promover la participación equitativa de mujeres y hombres,
reconociendo el valor de la diversidad y la importancia de tomar decisiones de manera conjunta y democrática.
En las cooperativas, la equidad de género no es un añadido, sino un principio transversal que impulsa la participación activa, el liderazgo compartido y el empoderamiento económico y social de todas las personas, sin importar su género. Es una apuesta por derribar barreras históricas y abrir espacios donde las voces de las mujeres tengan la misma fuerza y representatividad.
La equidad de género dentro de la economía solidaria no solo genera beneficios sociales, sino también fortalece los resultados organizacionales. Estudios realizados por organismos internacionales como la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) y la OIT han evidenciado que las cooperativas con participación equitativa tienden a ser más sostenibles, resilientes y comprometidas con sus comunidades.
Incluir a más mujeres en roles de liderazgo y toma de decisiones no solo equilibra la balanza, sino que aporta nuevas perspectivas, potencia el desarrollo económico familiar y mejora la calidad de vida de sus integrantes.
En Coomeva, creemos que la equidad de género es un pilar esencial para el desarrollo de nuestra cultura cooperativa. A través de diferentes programas, acciones formativas, espacios de participación y liderazgo, se ha trabajado para garantizar que nuestras asociadas puedan desarrollarse en igualdad de condiciones, fortaleciendo su papel dentro del ecosistema cooperativo.
Desde iniciativas para la salud y el bienestar, hasta proyectos de formación y empoderamiento económico, Coomeva ha impulsado una agenda activa en la que se reconoce el valor de la mujer como agente de cambio y protagonista del crecimiento social y colectivo.
El compromiso de Coomeva va más allá del discurso: buscan crear oportunidades reales para que las mujeres asuman roles estratégicos, lideren procesos y construyan redes solidarias que beneficien a toda la comunidad cooperativista.
Fomentar la equidad de género en las cooperativas es una responsabilidad compartida. Implica revisar prácticas, promover políticas inclusivas, abrir espacios de formación y, sobre todo, reconocer que no hay desarrollo sostenible sin igualdad.
Desde el modelo cooperativo y con el respaldo de entidades como Coomeva, tenemos la oportunidad (y el deber) de seguir construyendo una economía donde todas las personas puedan aportar, decidir y crecer en condiciones justas.
Fuentes:
