La historia de la educación en Colombia está relacionada con la Iglesia católica, con la cual se firmaron concordatos que otorgaron poder a la iglesia en el sector de la educación. Es por ello que es común encontrar numerosas instituciones de carácter religioso, y que aún funcionan en el siglo XXI.
Dada esta influencia, se ponía más atención a los temas teologales, lectura, escritura, matemática y filosofía, impartidos más que nada por las comunidades religiosas.
Los maestros en los responsables de la niñez, principalmente en la lectura y escritura. Sin embargo, las condiciones de los maestros no eran las mejores: Sueldos bajos, férrea vigilancia de las autoridades locales, despidos constantes, y poco aprecio por su trabajo. Otra dificultad por la que tenían que pasar los educadores de la época del virreinato, era que su sueldo no les alcanzaba para sobrevivir, por lo cual los padres de familia debían dar una mensualidad para ayudar a dicha supervivencia.
La educación era privada y religiosa, lo cual era asequible sobre todo para los niños de la clase alta, ocupaban las primeras bancas en los salones, desplazando a los niños de menor clase social. Ante estas situaciones, ocurría lo que hoy llamamos “deserción escolar”, ya que muchos niños no contaban con los elementos necesarios para hacer sus tareas y actividades.
En cuanto a la educación de la mujer, se le prestaba poca atención. Solo a las más pudientes se les daba rudimentaria instrucción para que aprendieran a leer, contar, tejer, coser, bordar y rezar.
Estas dificultades contribuían a que hubiera una inmensa situación de pobreza en el pueblo en general, predominado siempre por el dominio español. Era una sociedad sometida al trabajo brutal, en donde se trabajaba más en el sector agrícola, ganadero, artesano, comercio y el trabajo doméstico. La minaría también se destacaba por la explotación del oro.
Pero a pesar del trabajo brutal dado por la esclavitud, los novohispanos buscaban ratos de esparcimientos para hacer fiestas u otras reuniones sociales. Allí se mezclaban las costumbres tanto aborígenes como las impartidas desde el otro lado del océano.
El predominio de los españoles como conquistadores se vio en todos los puntos de vista, especialmente en el cultural. Uno de esos cambios fue la pérdida de la lengua chibcha en el siglo XVIII como lengua viva. Los encargados de este cambio (para desaparecer las barreras ente conquistadores y conquistados), fueron los misioneros, difundiendo de esta manera la lengua castellana.
Así, los blancos seguían predominando y siendo la clase social más importante de todos los pueblos.