Para empezar, es necesario entender que la equidad de género tiene un impacto en el desarrollo económico, que inclusive puede afectar de manera directa la calidad de vida de las personas, A nivel local, las mujeres en esta región han desempeñado un papel crucial en sectores como el comercio, la industria y los servicios, aunque con desafíos constantes que no son para nada fácil. Muchas enfrentan barreras para acceder a trabajos bien remunerados o posiciones de liderazgo, lo que frena su progreso personal y el de sus familias.
Cuando las oportunidades se limitan por razones de género, se desperdicia talento, creatividad y esfuerzo que podrían impulsar la economía regional. En el Valle, algunas iniciativas han intentado reducir estas desigualdades, Desde la Secretaría de Bienestar Social, por medio de la Subsecretaria de Equidad de Género y el equipo de Empoderamiento Económico, se han desarrollado programas que invitan a las industrias caleñas a ser parte de estos proyectos por la equidad.
En Colombia, este panorama se replica en diferentes regiones. Desde el senado, durante el año 2024, se han presentado diferentes propuestas, en cuanto a leyes que buscan equiparar los derechos laborales entre hombres y mujeres, como la igualdad salarial y el apoyo a emprendedoras. De acuerdo con datos del ministerio de educación, cada año incrementa el porcentaje de participación de matrícula de mujeres que ingresan a estudiar, superando a los hombres, las cuales cada día se esfuerzan más para lograr mejores empleos en la industria.
Sin embargo, el acceso real a estas oportunidades sigue siendo desigual. Muchas mujeres, especialmente en áreas rurales o en sectores informales, continúan enfrentando dificultades para obtener empleos estables, bien pagados o con garantías sociales. Los ingresos que ellas podrían generar, si se eliminaran las barreras de género, permitirían mejorar las condiciones de vida, reducir la pobreza y promover una mayor estabilidad económica.
En un contexto global, la equidad de género se ha identificado como un factor clave para el desarrollo sostenible. Organismos internacionales, como la OIT, han subrayado que empoderar a las mujeres no es solo una cuestión de derechos laborales, sino también una estrategia inteligente para el crecimiento económico. Diversos estudios han demostrado que los países con mayor equidad de género experimentan un desarrollo más rápido y estable. Por ejemplo, cuando las mujeres tienen acceso igualitario a la educación, el empleo y los recursos financieros, no solo mejoran sus vidas, sino que también contribuyen de manera significativa a las economías nacionales. Estas experiencias internacionales sirven como ejemplo para Colombia, en donde hay potencial para desbloquear.
En última instancia, lograr la equidad de género en el Valle del Cauca no se trata únicamente de cumplir con normas o leyes. Implica crear un entorno en el que todas las personas, independientemente de su género, puedan desarrollar su máximo potencial. Esto beneficiaría a las familias, comunidades y la economía.
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