¿De verdad se puede monetizar los conocimientos? ¿y qué significa exactamente?
¿Cuáles son las mentiras de monetizar los conocimientos?
Ha llegado el momento de dar respuestas a estas preguntas.
Al tener conocimientos en temas de espiritualidad, desarrollo y transformación personal, nos lleva a estar inmersos en querer ayudar a los demás y terminar más confundido o confundida que al principio.
Es probable que hayas escuchado que en menos de tres meses ganarás suficiente para vivir de cursos al 100%, vivir y trabajar en cualquier parte del mundo, o incluso, que para entonces podrías estar montado en el dólar, pues vamos a dejarlo claro desde el principio: eso no es cierto.
Para un discípulo, alumno o seminarista que sale de un retiro o de un programa de estos que vende en internet, con la cabeza llena de gratitud, con muchas ganas de ayudar a los demás, pero también con mucha ansiedad y deseo que le llueva dinero, es lo que más preocupa.
Hay que saber por dónde empezar, quién te da el paso a paso para hacerte visible, forjar una reputación en el mercado, cuánto te vale montar un negocio y conseguir vivir solo de esto tan maravilloso, pues bien, no es tarea fácil, y se da a muy largo plazo.
¡No te vayas, que esto se pone más bueno!
¿Será rentable? ¿conseguiré un sueldo digno dedicándome exclusivamente éste negocio de los cursos?
Aquí te van mis respuestas
Una cosa es que quieras vivir de montar un negocio, eso es otra cosa y te tomara algunos años. Pero si quieres vivir de charlas, cursos y talleres no te vas a montar en el dólar en 3 meses. Vivir de la oratoria implica esfuerzo y trabajo continuado, eso sí, si aprendes planificarte bien nunca deberías quedarte con la cuenta del banco a cero.
¿Qué implica esto? saber gestionar las distintas áreas en un modelo de negocio y más el de oratoria, herramientas para hacerte visible que van desde la toma de decisión de si continuas o no con tu trabajo actual, pasando por la logística y lo emocional ya que llega la frustración al ver que pasan los días, meses y años y aún no logras despegar o el sueldo anhelado no aterrizó en tu cuenta bancaria. Genera adicción y no te das cuenta, te descubres en YouTube tratando de llenar el vacío de Instagram y Facebook.
Cuidado con lo que entiendes cuando escuchas
la palabra facturación.
Hay emprendedores que facturan 5, 6 o tropecientas cifras, pero ¡ojo!
Facturación y beneficios no son lo mismo. Lo más probable es que ese profesional tenga que pagar su propia manutención, la de su familia, familiares con alguna enfermedad, los sueldos de las personas que trabajan en su equipo, campañas de publicidad, materiales y espacios de trabajo, y otros.
Además, esa persona vive de gestionar un negocio familiar o quizás aun es empleado de una empresa ajena, y ya hizo consciente que no quiere seguir en ese trabajo aburridor y rutinario, o peor aún, decide renunciar y vivir de ahorros mientras emprende. Por lo tanto, evita que esos números te confundan.
Párate a pensar qué quieres tú. ¿Quieres vivir de dar charlas, talleres y conferencias? ¿o montar un negocio donde los que usen su propia voz sean otros? ¿quizás combinar servicios con productos?
