La productividad es un indicador de tu eficiencia en el cumplimiento de tareas, lo cual es esencial para tu buen desempeño personal, profesional y laboral.
✓ Matriz Eisenhower: Esta herramienta de gestión te permite clasificar las tareas según su importancia o urgencia, y clarificar sobre qué tareas puedes delegar, o incluso borrar por completo. En una tabla 2 x 2 debes destinar una columna para lo urgente y otra para lo no urgente y dos filas, una para lo importante y no importante. Lo que consideres urgente pero no importante, es aquello que puedes delegar, y lo que sea no urgente y no importante, lo puedes eliminar. De esta forma determinas que es lo urgente e importante que debes realizar como tareas diarias, asegúrate que al final del día, las haya realizado todas;
✓ Listas de Warren Buffett: Esta herramienta consiste en crear dos listas de objetivos, una en la cual se escriben de 20 a 25 objetivos que se quieran lograr a largo plazo, y otra lista, con los 5 objetivos que son más prioritarios, y en los cuales debes concentrarte. Sólo hasta que cumplas los objetivos prioritarios puedes pasar a los objetivos de la primera lista;
✓ Método Ivy Lee: Consiste en dedicar unos minutos todas las noches, para realizar una lista con aquellas tareas más importantes que debes realizar al día siguiente. La principal ventaja de este método es que ya sabrás cuáles son las tareas más importantes del día, y no pierdes tiempo en organización;
✓ Técnica del time-blocking: consiste en segmentar tu jornada laboral en bloques de tiempo, los cuales deben estar enfocados a la realización de tareas específicas. Debes asegurarte que cada bloque tenga un inicio y un fin claro, y evitar la realización de tareas no relacionadas en esos lapsos de tiempo;
✓ Medición de tu productividad usando herramientas de seguimiento de tareas como Trello, que te permite listar tareas, asignar fechas límites y verificar el progreso de dicha actividad, señalándola como pendiente, en proceso y completada;
✓ Reflexión diaria sobre lo logrado, las tareas completadas, el tiempo invertido, lo que no se pudo completar y por qué razón, lo cual te permitirá realizar ajustes en tu planificación de tareas para el día siguiente;
Una rutina bien diseñada es fundamental para aumentar la productividad. La clave está en estructurar el día para
aprovechar: tiempo, energía y enfoque en las actividades diarias y con metas a largo plazo.
Como cada persona tiene su propio ritmo biológico (cronotipo), lo cual influye en su horario de mayor productividad, cuando
programes tus tareas más importantes, ten en cuenta si eres una persona matutina (más enérgica por la mañana) o
vespertina (con mayor productividad nocturna).
Referencia
Andrés Navarro, B., & Sempere Ripoll, M. F. (2023). Introducción a la productividad.