Quizás, hablamos muy poco sobre la manera en la que influyen nuestras emociones en nuestro cuerpo, y se ha vuelto común que nos acostumbremos al dolor, tomar pastillas y colocarnos cremitas o ungüentos, pero como dicen por allí "son pañitos de agua tibia", no son soluciones definitivas o a largo plazo.
Hace unos años, iniciaron los dolores en mis manos, tan solo tenía 24 años y ya tenía varios diagnósticos médicos e incapacidades constantes, realicé terapias físicas, ingerir varios medicamentos, algunos me afectaban bastante porque mantenía adormilada y baja de energía.
Está situación me llevó a tener un cambio de trabajo, porque me decían que eso iba a calmar mi dolor.
Pero… no fue así.
Después de varios años, de adaptación a este dolor constante, llegó a mis manos un libro muy especial, "Usted puede Sanar su vida de Louise Hay", y al principio parecía no conectar conmigo, sin embargo, poco a poco me atrapó en cada una de sus páginas y me mostró lo que yo no me atrevía a decir.
Mostró mi insatisfacción con mi trabajo, con lo que quería hacer pero no me atrevía, me indicó que el simple hecho de no decir lo que pienso y siento. Este libro me estaba mostrando la relación entre mis emociones y como se reflejan en mi cuerpo físico cuando yo no le doy "trámite" para solucionar de raíz.
Quiero recordarte que al expandir nuestra consciencia y permitir gestionar nuestro interior, logramos vivir en mayor armonía.
Esto no significa que no tengamos retos que afrontar o situaciones que se salen de nuestro control, sin embargo, aprendemos a identificar nuestros patrones de comportamiento, y a identificar lo que me está molestando y que aún pasa en mi mente, antes de que pase a mi cuerpo físico.
Una técnica es que en el momento en el que sientes la emoción que te perturba, tomes papel y lápiz, y te preguntes ¿Por qué me siento así? ¿Qué es lo que realmente me molesta?
Este momento de introspección puede ser de 10 o 15 minutos, iniciando y finalizando con una respiración profunda. Notarás la liviandad al finalizar.
No me creas, hazlo y notarás la diferencia.
Recuerda que todo empieza desde adentro.