Cuando se habla de cooperativas en Colombia, muchos piensan en ahorro, crédito o servicios médicos, pero la realidad va mucho más allá. En Colombia, pertenecer a una cooperativa no solo significa contar con respaldo financiero o acceder a productos más económicos; también se abren puertas a oportunidades y beneficios de cooperativas que pocos conocen, pero que pueden hacer una gran diferencia en la vida de los asociados. Aquí te contamos cinco de ellos:
Uno de los principios cooperativos más poderosos —pero menos aprovechados— es el derecho que tiene cada asociado a participar en las decisiones de su cooperativa. No importa el monto de tu aporte, todos los asociados tienen el mismo poder de voto. Esto permite incidir en temas clave como la elección de los directivos, la destinación de excedentes o la creación de nuevos servicios. En otras palabras, la participación democrática cooperativa te da voz y voto para moldear el futuro de la organización.
Muchas cooperativas ofrecen programas continuos de educación financiera gratuita para sus asociados: desde talleres financieros y capacitaciones en emprendimiento hasta diplomados y cursos en línea. Esta formación no solo ayuda a mejorar tus finanzas personales o desarrollar tu negocio, sino que fortalece tu perfil profesional y puede abrirte nuevas oportunidades laborales o académicas.
Pocos saben que las cooperativas tienen un fondo de solidaridad para ayudar a los asociados en situaciones complicadas, como una enfermedad grave, el fallecimiento de un familiar o una calamidad doméstica. Estos fondos pueden traducirse en auxilios económicos, exoneraciones de pago o acompañamiento emocional y jurídico. Es un apoyo cooperativo silencioso, pero fundamental.
Las cooperativas no son solo instituciones financieras o de servicios, también son comunidades vivas. Muchos asociados se benefician de redes de emprendimiento que permiten promover negocios, encontrar clientes, acceder a proveedores solidarios o incluso formar alianzas estratégicas. Es una oportunidad ideal para emprendedores o profesionales que buscan crecer dentro de una red confiable y con valores compartidos.
Pertenecer a una cooperativa también significa contribuir al desarrollo colectivo. Cada vez que accedes a un servicio o haces parte de una actividad, estás aportando al bienestar de otros asociados y sus familias. Esta rentabilidad social la que no se mide solo en dinero, sino en impacto y propósito fortalece el sentido de pertenencia, la confianza y la solidaridad, valores que muchas veces escasean en otras organizaciones.
Ser parte de una cooperativa en Colombia no es solo una decisión financiera, sino una apuesta por una forma de vida más humana, colaborativa y consciente. Más que un servicio, es una comunidad que camina contigo.
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