Tomar decisiones es algo que estamos haciendo todos los días en todo momento. Qué ropa usar, qué desayunar, la ruta para ir al trabajo, estudios, etc. Estas son sólo algunas situaciones a las que nos tenemos que enfrentar frecuentemente.
En nuestro día a día tenemos que elegir, decidir y tomar decisiones de forma constante. Se estima que una persona promedio toma más de 35 mil decisiones al día. En la mayoría de los casos puede ser un proceso automatizado y sencillo, en otros, puede ser un proceso muy complejo y agotador como hacer un proyecto de vida (Guttman, 2022; Verdejo-García y Bechara, 2010).
Tomar una decisión puede requerir una gran cantidad de esfuerzo y subprocesos, tanto a nivel funcional como a nivel anatómico-cerebral. Además, son muchos los factores y motivaciones que pueden influenciar la elección (Verdejo-García y Bechara, 2010).
El miedo al tomar decisiones es algo común. El temor puede ser directamente proporcional a la decisión que tienes que tomar. Entre más importante sea la elección más miedo puedes experimentar (Montagud, s.f.).
Cada decisión trae consecuencias; no es lo mismo equivocarte al probar un plato nuevo que elegir qué estudiar o a qué trabajo aplicar. En el primer escenario no es tan relevante la decisión porque no es algo que vaya a causar un gran impacto en tu vida, además puedes repetir el proceso muchas veces; en el segundo caso, la situación es diferente.
Es precisamente el miedo a tomar la decisión equivocada y a la posibilidad de que esa decisión nos perjudique, la razón más grande por la cual se puede sentir temor. Nadie quiere cargar con el peso de la responsabilidad por no haber elegido bien (Montagud, s.f.).
Sin embargo, cuando dejas que este miedo te denomine, puede afectar tu vida a nivel profesional y personal. El miedo a tomar decisiones puede conducir a un pensamiento borroso, falta de claridad y una mayor dependencia de que otros elijan por ti. Todo esto puede conducirte a una pérdida general del sentido de dirección y control en tu vida (Forbes, 2017).
Para superar este miedo y tomar decisiones adecuadas, a continuación, te dejamos estos 3 consejos y recomendaciones.
Uno de los errores más frecuentes al tomar decisiones es pensar únicamente en el presente; en establecer metas a corto plazo y no pensar en el impacto que esta elección pueda tener en el futuro. Las decisiones correctas requieren considerar una ganancia inmediata pero también beneficios a largo plazo. A veces, hay que pagar un pequeño precio a corto plazo, pero teniendo en cuenta que las ganancias en el futuro pueden superar con creces los sacrificios inmediatos. Debes pensar si al cabo de meses o años seguirás confiando de la decisión que tomaste (Thorstad y Wolf, 2018).
Para poder tomar buenas decisiones debes ser capaz de evaluar todas las alternativas y posibilidades; sopesar qué puede ocurrir si haces determinada elección, incluso considerando los escenarios negativos. Esto te permitirá tener mejores resultados. Además, debes ser capaz de diferenciar si es una decisión tomada por la emoción o por la razón. A veces, se hacen elecciones por un subidón emocional pensando solo en los beneficios que puede traer a corto plazo. (Druker, 1967).
Para poder hacer una buena evaluación de tus posibilidades y escenarios, es importante que puedas practicar el autoconocimiento. Este te puede llevar a discernir mejor entre las diferentes alternativas y saber cuánto de emoción y de razón hay en las decisiones que tomas.
Es importante que puedas calcular los costos del éxito o del fracaso. Las repercusiones que pueden tener de forma financiera, la afectación emocional, de tiempo y energía. Piensa “qué pasaría si...” antes de dar el paso (Thorstad y Wolf, 2018).
Otra forma de evaluar tus opciones es hablar con un amigo. Pídele a esa persona que te escuche, que sea objetivo y te hable con mucha honestidad; sobre todo que te diga las cosas que tal vez no quieras escuchar. Esto puede ayudarte a ver las cosas desde otra perspectiva y contemplar otras opciones. Especialmente porque otros no están influenciados por la sensación de miedo a la pérdida que puedes tener (BBC, 2020).
Si bien nunca podrás saber qué va a pasar si tomas una decisión determinada, puedes enfocarte en hacer la mejor elección a tu alcance. Las decisiones no sólo deben basarse en tu mapa de los sueños, esperanzas, deseos y potencial, también deben estar basadas en hechos que puedan respaldar la elección ¿Eres lo suficientemente estable financieramente por si las cosas no salen como lo esperabas?, ¿tienes un seguro de vida?, ¿un seguro de desempleo? (Center Stone, s.f.).
A veces la vida requiere decisiones difíciles, eso está bien, puedes sobrevivir. Asegúrate de seguir estos pasos, confía en ti ve con todo lo que tienes.