Detrás de cada lonchera lista, de cada cita médica agendada, de cada “¿ya comiste?” y “no olvides la chaqueta”, hay una mujer que rara vez se pregunta a sí misma si ya comió, si se siente bien o si necesita un descanso.
Muchas de nosotras, las mamás, vivimos con una carga invisible de ser mamá que no se nota a simple vista. No se mide en horas, sino en responsabilidades silenciosas: estar atentas, disponibles, dispuestas. Cuidar sin horario, acompañar sin pausa, pensar en todos… excepto en nosotras mismas.
Y esa entrega, aunque nace del amor, también puede pasar factura. Porque cuando cuidar se convierte en la única prioridad, es fácil que el cuerpo y la mente empiecen a enviar señales: cansancio crónico, estrés, dolores frecuentes, olvidos, ansiedad o insomnio. El bienestar para madres empieza a resquebrajarse por los rincones donde nunca hubo tiempo para mirar.
Por eso, es momento de hablar de medicina preventiva para mujeres. Porque no se trata solo de ir al médico cuando algo duele. Se trata de hacer pausas conscientes, de identificar riesgos a tiempo, de recibir acompañamiento con empatía y de obtener el cuidado que por años les hemos dado a otros.
En BienEstás 360, la salud de una mamá es el eje del bienestar familiar. Por eso lo recomiendo, porque ofrece soluciones que nos acompañan, que se ajustan a nuestro ritmo, que respetan nuestro tiempo y priorizan nuestra salud desde la prevención.
Porque cuando una mamá se cuida, todo a su alrededor empieza a sanar.
Empecemos por nosotras.
Fuentes: