La carga invisible de ser mamá: el peso que no se ve, pero sí se siente


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medicina preventiva para mujeres

Detrás de cada lonchera lista, de cada cita médica agendada, de cada “¿ya comiste?” y “no olvides la chaqueta”, hay una mujer que rara vez se pregunta a sí misma si ya comió, si se siente bien o si necesita un descanso.

Muchas de nosotras, las mamás, vivimos con una carga invisible de ser mamá que no se nota a simple vista. No se mide en horas, sino en responsabilidades silenciosas: estar atentas, disponibles, dispuestas. Cuidar sin horario, acompañar sin pausa, pensar en todos… excepto en nosotras mismas.

Y esa entrega, aunque nace del amor, también puede pasar factura. Porque cuando cuidar se convierte en la única prioridad, es fácil que el cuerpo y la mente empiecen a enviar señales: cansancio crónico, estrés, dolores frecuentes, olvidos, ansiedad o insomnio. El bienestar para madres empieza a resquebrajarse por los rincones donde nunca hubo tiempo para mirar.

Por eso, es momento de hablar de medicina preventiva para mujeres. Porque no se trata solo de ir al médico cuando algo duele. Se trata de hacer pausas conscientes, de identificar riesgos a tiempo, de recibir acompañamiento con empatía y de obtener el cuidado que por años les hemos dado a otros.

¿Cómo ayudar a que esto sea posible?

  • Tener facilidad en el acceso a chequeos periódicos y orientación médica: muchas mamás postergamos exámenes de rutina por falta de tiempo o porque “siempre hay algo más urgente”. Hacer que esos chequeos médicos para mamás estén más cerca, sean más ágiles y estén diseñados para nosotras es clave.
  • Participar en espacios de bienestar emocional, donde podamos hablar, escuchar y ser escuchadas: más allá del cuerpo, las emociones también se desgastan. Tener herramientas de salud emocional materna, espacios de escucha o actividades que conecten cuerpo y mente puede marcar la diferencia.
  • Comprender que prevenir también es una forma de amar: cuando prevenimos, cuidamos. Y cuando cuidamos, no hay muestra de amor más grande.
  • Y sobre todo, recordarnos que empezar por nosotras no es egoísmo. Es sabiduría: romper la creencia de que autocuidado mamás es egoísta. Mostrar que al priorizar nuestra salud, estamos asegurando bienestar para todos los que nos rodean.

En BienEstás 360, la salud de una mamá es el eje del bienestar familiar. Por eso lo recomiendo, porque ofrece soluciones que nos acompañan, que se ajustan a nuestro ritmo, que respetan nuestro tiempo y priorizan nuestra salud desde la prevención.

Porque cuando una mamá se cuida, todo a su alrededor empieza a sanar.
Empecemos por nosotras.

Fuentes:

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