La economía solidaria es un modelo que transforma vidas, y en Colombia encontramos muchos ejemplos. Para este blog he creído conveniente destacar un ejemplo inspirador: Colanta, cooperativa lechera de Antioquia. Nace del esfuerzo colectivo, pasando de generación en generación, demostrando cómo la solidaridad puede construir un futuro próspero.
Vamos a explorar su inicio, desafíos y los héroes detrás de su éxito. Se fundó en 1964 en Antioquia, como Coolechera, Cooperativa Lechera de Antioquia, nació de la unión de un grupo de campesinos ganaderos de Donmatías, municipio ubicado al norte de Antioquia, pequeños productores de leche que buscaban mejorar sus condiciones. Con apenas 60 familias, apostaron por un modelo cooperativo donde las ganancias se reinvierten en la comunidad, no en manos privadas. Su visión era simple, pero poderosa: producir leche de calidad y devolver beneficios a los asociados, un pilar de la economía solidaria que prioriza la equidad. En 1973 cambió su nombre a "Colanta".
Momentos de duda y problemas: el camino no fue fácil. En los años 70, enfrenta crisis económicas y competencia de grandes industrias. Hubo dudas sobre su sostenibilidad, especialmente cuando los costos de producción subieron y algunos socios consideraron abandonar. Sin embargo, la cooperativa resistió gracias a su enfoque solidario, ajustando estrategias y diversificando productos como quesos y yogures. En los 90, la apertura del mercado global trajo nuevos retos, pero la lealtad de sus miembros y un manejo transparente la mantuvieron a flote.
Participantes decididos en el proceso: su éxito se debe a sus asociados, quienes han sido los pilares desde el inicio. Estas familias, muchas de segunda y tercera generación, trabajan diariamente para asegurar la calidad del producto. Los gerentes y empleados también han jugado un rol clave, adoptando un liderazgo participativo que refleja los principios cooperativos. Organizaciones como la Federación Nacional de Cooperativas de Colombia (FENALCO) han apoyado con asesoría, mientras que las comunidades locales han contribuido con su consumo fiel, fortaleciendo el tejido social. Actualmente, es fabricante de productos alimenticios que incluye lácteos, refrescos, embutidos, vinos y cereales y exporta a Canadá, Curazao, Estados Unidos, Guatemala, San Martín y Venezuela.
Énfasis en la economía solidaria: esta compañía encarna la economía solidaria al distribuir excedentes entre sus socios, invertir en educación y recreación comunitaria, y promover el desarrollo rural. Este modelo democratiza el trabajo, dando voz a cada miembro, y fomenta la sostenibilidad, alineándose con valores éticos que trascienden generaciones. Su impacto se ve en programas como la entrega de cuadernos a escuelas, un gesto que educa y une.
Sus valores son: solidaridad, participación, equidad, honestidad, lealtad, responsabilidad, respeto, compromiso, confianza y coherencia.
Y qué maravilla que nosotros contamos con el apoyo total de Cooperativa Coomeva, para sacar adelante nuestros proyectos que enriquecen el tejido social de nuestra patria.
Referencias bibliográficas: