Cuando tenemos una idea de emprendimiento, pensamos que será la sensación y nos lloverán los clientes, o… quizás nos invade un miedo tremendo porque no sabemos cómo ponerlo en marcha y que eso que inicia como un sueño se convierta en su proyecto de vida.
Para ser muy sincera yo soy del segundo grupo, pensando en qué van a decir, será que, si venderé, si se entenderá mi mensaje, estará muy caro... En fin, cada que llegaba esa idea potente a mi cabeza, lo primero que me invadía era el temor, y en ocasiones me bloqueó, me dejó congelada sin saber que hacer ni cómo hacerlo, así que decidí arriesgarme y pensar que un problema no es más que una tarea adicional en mi lista de actividades, porque sea como sea lo tendré que solucionar.
Lo que me llevó a pensar que tenemos una lista interminable de tareas en nuestros emprendimientos, pero si no sabemos cómo estamos, si no evaluamos nuestro progreso, y volvemos todo un drama, no saldremos nunca de allí y afectará nuestro crecimiento y sostenibilidad.
Por eso, aquí van algunos trucos que pueden ser de utilidad en tu proyecto:
¿La misión, visión y valores están alineados? ¿Están acordes a las situaciones que se están presentando? No quiero que lo veas como lo tradicional, que de solo leerlo se torna aburrido; piénsalo como la ayuda y el aporte que estás dejando en la sociedad, así encontramos el verdadero impacto. Y por favor no te limites, escribe con pasión.
No importa si la lista es larga, entre más líneas tenga mejor. Eso quiere decir que la planeación es necesaria y definir nuestros pendientes ayuda a descargarlo de nuestra cabecita y poner en acción.
Utiliza el método de planeación de tiempo que más se ajuste a ti, no empieces a forzar tu proceso, es mejor darse la oportunidad de encontrar lo que realmente conecta con nosotros.
Escribe primero las prioridades y toma una por día, durante ese día crearás un plan para hacerlos tangible. Revisa tus horarios más productivos y disfruta hacer cada actividad, como dicen por allí, trágate ese sapo.
Considera los nuevos servicios/productos que puedes ofrecer o la forma como se puede mejorar. Imagina la solución más completa que le estás brindando a tu cliente y cómo sería la manera de mostrarle que realmente estás allí a su servicio.
Finalmente, lo que siempre digo, y no está de más… ¡¡SÉ FELIZ!!!
Disfruta, no te tortures, si te relajas encontrarás ese punto que te tiene dando vueltas y que lograrás mejorar efectivamente.
Cuéntanos cuál de estas 4 actividades pondrás en práctica, ¡te leemos!