Si uno anhela tener su propia casa, el primer paso importante para hacer realidad ese sueño podría ser ir a la Caja de Compensación Familiar. Lo común es que la caja funcione como aliada: examina la elegibilidad, aconseja acerca de los programas existentes y, en numerosas ocasiones, concede una subvención directa que disminuye el monto inicial o mejora las condiciones del crédito. Es útil que la persona consulte el sitio web de su caja y solicite asistencia presencial o virtual antes de comenzar con los trámites, para tener claridad sobre qué líneas tienen disponibles, ya que las condiciones y montos cambian entre las entidades y convocatorias.
En términos generales, para poder acceder a las cajas, se requieren condiciones como estar afiliado y activo en la caja, no ser dueño de una vivienda en el país y respetar los límites de ingresos familiares (la mayoría de las cajas atienden hogares con ingresos de hasta cuatro salarios mínimos; si se reciben subsidios del Gobierno, puede que se necesiten cantidades diferentes). Además, es común que se requiera presentar documentos que demuestren la composición del hogar y evidencien estabilidad en el empleo. Estas normas contribuyen a orientar la ayuda hacia quienes más la requieren, y por esta razón es relevante examinar el reglamento específico de la caja pertinente antes de presentar una solicitud.
El procedimiento que sigue el candidato es sencillo: primero, reunir la documentación
fundamental (la cédula, el certificado de afiliación a la caja, los comprobantes de ingresos o
la carta laboral, los registros civiles de las personas a su cargo y cualquier documento
relacionado con el terreno o proyecto que desea adquirir); después, pedir una cita o llenar el
formulario de postulación en línea en la página web de la caja y aguardar para ser evaluado.
La caja otorgará una asignación que posibilitará continuar con la gestión del crédito
hipotecario en el banco seleccionado si aprueba el subsidio. Es altamente aconsejable
presentarse a la cita con el crédito preaprobado o, como mínimo, con una simulación
bancaria; tener claridad acerca de la capacidad de pago hace más fácil y rápido tomar
decisiones.
Para las familias que deseen combinar subsidios, se presenta la figura de la concurrencia
de subsidios: la caja puede ofrecer su propio subsidio y, al mismo tiempo, el hogar tiene la
posibilidad de postularse para el subsidio del programa nacional (como Mi Casa Ya),
siempre que cumpla con los criterios de ambos programas y posea un crédito aprobado.
Este sistema incrementa el total de apoyo y aligera la carga monetaria del cliente; sin
embargo, requiere colaboración entre la entidad crediticia, el solicitante y la caja, así que es
fundamental comunicarse con cada uno de ellos lo más pronto posible. Te invito a conocer los programas de vivienda que ofrece la Cooperativa Coomeva.