Hace unos años era una contadora pública más, cumpliendo horarios y siguiendo procesos establecidos por otros. Hoy soy consultora empresarial y me estoy especializando en gerencia de negocios digitales, y puedo decir con certeza que el cambio más grande no fue dejar mi empleo, sino descubrir lo que realmente me apasionaba, ayudar a emprendedoras a crear sus marcas con orden y propósito.
Mi transformación no fue de la noche a la mañana. Mientras trabajaba como empleada, comencé a notar que lo que más me emocionaba era cuando podía asesorar a colegas sobre sus proyectos personales o cuando veía cómo pequeños negocios luchaban por organizarse digitalmente, además que descubrí que me encanta el marketing y el branding. Ahí entendí que mi pasión iba más allá de los números: quería impactar en la construcción de sueños empresariales.
Primero: define tu propósito. Pregúntate para qué quieres emprender, no solo qué quieres hacer. En mi caso, descubrí que mi propósito era ordenar el caos digital que viven muchas emprendedoras. Cuando tienes claro tu "para qué", las decisiones se vuelven más fáciles y tu mensaje más auténtico.
Segundo: establece tu eje temático. No puedes ser todo para todos. Yo podría ofrecer contabilidad tradicional, pero elegí especializarme en gerencia de negocios digitales porque ahí está mi diferencial y mi pasión. Define cuál será tu área de expertise y conviértete en referente de ese tema específico.
Tercero: empieza mientras tienes empleo. La seguridad financiera te permite experimentar sin presión. Usa las tardes, los fines de semana, cualquier tiempo libre para construir tu proyecto. Yo comencé haciendo consultorías pequeñas, creando contenido y construyendo mi red de contactos antes de dar el salto completo.
Cuarto: ordena desde el inicio. Como contadora, sé lo importante que es tener estructura desde el primer día. Define tus procesos, organiza tus finanzas personales y empresariales por separado, y establece sistemas que puedan escalar cuando crezca tu negocio.
La transición de empleada a emprendedora no es solo cambiar de actividad, es cambiar de mentalidad. Pasas de ejecutar a crear, de seguir instrucciones a tomar decisiones, de tener un sueldo fijo a generar ingresos variables. Pero cuando encuentras tu propósito y trabajas en lo que realmente te apasiona, cada desafío se convierte en una oportunidad de crecimiento.
El emprendimiento ordenado y con propósito claro no es solo más efectivo, es más sostenible. Porque cuando sabes para qué lo haces y tienes claridad sobre tu aporte único al mundo, el camino se vuelve no solo rentable, sino profundamente satisfactorio.
Soy consciente que a veces emprender se siente solitario y por esto valoro mucho a Fundación Coomeva que nos brinda acompañamiento, asesoría y formación, es un recurso importante en este camino.
Referencias: