La dismorfia monetaria se caracteriza por:
1. Poseer una percepción distorsionada del dinero que se gana y cuánto se puede gastar, lo que conlleva a que las personas vivan con un estándar económico irreal e incurran en afectaciones en sus finanzas personales.
2. Tener una percepción que el dinero es infinito.
3. Afectar principalmente a la generación Millennials y generación Z, debido a que han estado expuestos a redes sociales y digitales y a una sociedad con estándar de consumo y éxito elevados.
4. Ansiedad por el dinero, junto con un miedo constante a no contar con suficiente dinero.
5. Ignorar las necesidades financieras básicas como: ahorro para jubilación, fondo de emergencia, dando prioridad a experiencias y bienes lujosos.
6. Gastos excesivos en ropa, gadgets y experiencias que ven en las diferentes redes sociales.
Muchas personas que sufren dismorfia monetaria o financiera tienen ahorros por encima del promedio; sin embargo, los obsesiona ser ricos, por lo cual tienen una distorsión entre la percepción y la realidad. Si bien la dismorfia monetaria se está convirtiendo en un fenómeno cada vez más común, es importante concientizarse si se padece de esta dismorfia, para evitar sus consecuencias negativas y construir una relación sana con el dinero asegurando un futuro de libertad financiera.
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