Antes de la pandemia, Colombia disfrutaba de un periodo de crecimiento económico por encima del promedio de la región (La República, 2020). Sin embargo, el índice de pobreza nacional se ha incrementado en los últimos 8 años: pasó de 40.8 % en 2012 a 42,5 % en el año 2020 (Dane, 2021). La economía de mercado tiene sus beneficios, pero también genera desequilibrios sociales y es allí que nace la economía solidaria.
En este contexto,
Los líderes del mundo se han dado cuenta que el crecimiento económico no es sostenible si no contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas (Naciones Unidas, 2020). Problemas como la precariedad de los salarios, la falta de apoyo a los profesionales y emprendedores, y la desigualdad crean una gran presión social y hacen necesario promover nuevas alternativas.
En este sentido, la economía solidaria es un modelo económico que presenta un nuevo enfoque. Apuesta por recomponer los vínculos sociales y la multiculturalidad y quitarle peso a los criterios de mercado. Su objetivo fundamental es ayudar a la gente a mejorar su calidad de vida.
Para lograrlo, pone su énfasis en el cooperativismo para crear redes productivas locales, orientadas a lograr objetivos que trascienden la esfera económica. Además, incentiva la equidad en la distribución de los ingresos, la participación en la toma de decisiones y la satisfacción de las necesidades.
Según la Ley 454 de 1998, la economía solidaria es un sistema socioeconómico, cultural y ambiental. Está conformado por un conjunto de fuerzas sociales organizadas que llevan a cabo prácticas autogestionarías solidarias, democráticas y humanistas. Estas son sin ánimo de lucro y están en función del desarrollo integral del ser humano. Como ves, esta lógica es distinta a la economía de mercado.
Las principales características de la economía solidaria son las siguientes (Del Arco, 2019):
- Compromiso con el desarrollo local. El desarrollo local es una iniciativa dirigida a mejorar la calidad de vida de las personas. A diferencia de los modelos basados en la globalización, en la economía solidaria el eje de desarrollo es el territorio; el sitio donde vives. Por eso, toma en cuenta los criterios ecológicos y la sostenibilidad de tu espacio vital.
- Gestión democrática y participativa. Se gestiona de manera horizontal y de forma democrática; se privilegia la participación en la toma de decisiones.
- Sostenibilidad de la vida. Busca establecer un modelo económico y laboral que proporcione calidad de vida. Es decir, que permita equilibrar el trabajo y la vida personal.
- Cooperar en vez de competir. Trabajar en equipo, construir sinergias entre las personas y las instituciones, la solidaridad, la confianza y la ayuda mutua son los valores fundamentales que la caracterizan.
- Primacía de las personas frente al capital. En el marco de la economía solidaria, las personas tienen prioridad y, por consiguiente, son el centro de la actividad económica. Por eso, uno de los objetivos de este tipo de economía es ofrecer empleos estables y de calidad. Además, brindar formación continua y propiciar el desarrollo de la creatividad.
En la historia precolombina y colonial de Colombia hay referencias a ideas básicas de cooperativismo. Sin embargo, no fue sino hasta 1931, con la aprobación de la primera ley de cooperativas, que se formalizó el modelo solidario en el país.
A partir de mediados de la década de los 80 hubo otros avances:
Entre las principales diferencias que presenta la economía solidaria con el modelo tradicional de mercado tenemos: