Durante mucho tiempo pensé que estar bien era algo que llegaba “cuando todo estuviera en orden”: cuando ganara más, cuando tuviera más tiempo, cuando pudiera tomarme unas vacaciones. Pero con los años descubrí que el bienestar no es algo lejano. Es algo que se construye, paso a paso, con pequeñas decisiones que sí están en nuestras manos.
Y aunque muchas veces se habla del bienestar como si fuera exclusivo o costoso, en mi experiencia ha sido todo lo contrario: cuando encontré espacios de acompañamiento y herramientas reales, entendí que estar bien también puede ser accesible, humano y colectivo.
Aprender a identificar mis límites físicos y emocionales ha sido clave. No se trata de evitar el estrés, sino de saber cómo gestionarlo. A través de talleres y programas de autocuidado ofrecidos por Recreación Coomeva, empecé a integrar hábitos que antes creía imposibles: desde pausas activas, hasta técnicas de respiración, manejo de emociones y rutinas saludables que se adaptan a mi realidad.
No se trata solo de lo que hago, sino de con quién lo hago. Las actividades en grupo que promueve Coomeva como caminatas, yoga, espacios de conversación y jornadas de salud me permitieron conectar con otros que también buscan estar mejor. El bienestar también es compartir, escuchar y sentir que no estás solo.
Una de las cosas que más agradezco de ser parte de Coomeva es poder acceder a servicios médicos, asesorías psicológicas y orientación nutricional con mayor facilidad. No es solo el acceso, es la calidad del acompañamiento. En mi caso, recibir atención oportuna me ayudó a prevenir una condición que, de haber sido ignorada, habría impactado directamente mi salud y productividad.
En su artículo sobre salud y productividad, la OMS afirma que “las personas que cuidan activamente su salud física y mental pueden aumentar su rendimiento laboral hasta en un 20%”. Y eso lo viví de forma directa. A veces creemos que priorizarnos es egoísta, cuando en realidad es una inversión que se refleja en cada aspecto de nuestra vida.
Hoy entiendo el bienestar como un equilibrio, no como una meta perfecta. Es tener acceso a espacios que me permitan cuidarme, educarme y crecer. Y gracias a servicios como los de Recreación Coomeva, ese acceso es más cercano de lo que imaginamos.