Una caminata consciente empieza con el deseo de viajar liviano y bien preparado. Para aquellos que optan por explorar senderos, el secreto está en elegir un equipo funcional que posibilite desplazarse con comodidad, mantener la energía y disminuir el efecto sobre el medioambiente. La filosofía del equipo ligero no implica renunciar a la seguridad; al contrario, es una manera de pensar cada objeto en términos de su utilidad, peso y versatilidad, con lo cual se logra que la experiencia sea más placentera y segura.
El calzado es una parte que no se puede negociar. Las zapatillas o botas que tienen una suela adherente, un soporte adecuado para el arco y un ajuste apropiado resguardan las articulaciones e impiden la formación de ampollas. Los calcetines técnicos que eliminan la humedad previenen las rozaduras y añaden confort. Antes de encarar travesías extensas, es aconsejable utilizar el calzado en caminatas breves para verificar que se ajusta bien y corregir cualquier detalle que pueda perjudicar la marcha.
Vestir por capas facilita la adaptación a cambios de temperatura y condiciones climáticas.
Una capa base que transporte la humedad, una intermedia aislante y una externa que sea
impermeable y cortavientos posibilitan el control de la temperatura sin incrementar el
volumen de forma innecesaria.

Elegir tejidos técnicos y colores que sean visibles aumenta la seguridad en el camino, mientras que el uso de gafas de sol, gorra y protector solar ayuda a protegerse del clima.
La mochila tiene que adaptarse a la longitud de la caminata y brindar apoyo lumbar. Para medias jornadas, es suficiente una mochila compacta con sistema de hidratación; para las jornadas más largas, es recomendable un modelo con cinturón de cadera y correas acolchadas que repartan el peso. Para lograr una mejor estabilidad, es recomendable que el interior esté organizado con bolsas comprimibles y que lo más pesado se encuentre cerca de la espalda. Si llueve, la inclusión de una funda impermeable o bolsas estancas protege los documentos y dispositivos.
Los componentes esenciales incluyen agua en cantidad suficiente y, si es necesario, un
sistema para purificarla; alimentos energéticos fáciles de ingerir; un botiquín básico con
vendajes, antiséptico y utensilios para ampollas; una linterna o frontal con baterías
adicionales; así como una navaja de múltiples usos. Incluso si se utiliza el GPS, contar con
una brújula y un mapa físico brinda seguridad frente a posibles fallos tecnológicos. El listado
práctico incluye, además, un kit de reparación pequeño para el calzado o la mochila y un
dispositivo de comunicación con la batería cargada. Te invito a conocer los programas de recreación y turismo de la cooperativa Coomeva.