
Las cooperativas han demostrado ser un modelo eficaz para mejorar la calidad de vida de las comunidades, no solo en el ámbito financiero o social, sino también en el acceso a servicios de salud. En muchos territorios donde los sistemas tradicionales no logran cubrir adecuadamente a la población, las cooperativas han llenado un vacío esencial al ofrecer soluciones colectivas, sostenibles y cercanas a la realidad de las personas.
Una de las principales fortalezas del modelo cooperativo en el ámbito de la salud es su enfoque
solidario. Mientras que otros esquemas priorizan la rentabilidad, las cooperativas ponen en el
centro a sus asociados. Esto se traduce en iniciativas como centros médicos de atención primaria
gestionados por cooperativas, programas de prevención y campañas educativas diseñadas desde
las necesidades reales de la comunidad. Así, los usuarios no solo reciben atención médica, sino
que también participan en la toma de decisiones que afectan su bienestar.
El impacto de estas organizaciones se evidencia en la reducción de barreras de acceso. En zonas rurales o de difícil cobertura, las cooperativas han logrado organizar brigadas móviles de salud, planes de vacunación comunitaria y redes de atención que priorizan lo preventivo sobre lo curativo. De este modo, no solo se trata de llevar un servicio, sino de promover una cultura de autocuidado y corresponsabilidad entre los miembros.
Además, el modelo cooperativo fomenta la integración de servicios. Por ejemplo, algunas
entidades ofrecen convenios que incluyen consultas médicas, programas de salud mental,
atención odontológica y actividades de bienestar, a precios accesibles para sus asociados. Esta
integración no solo optimiza recursos, sino que crea un sistema de apoyo colectivo que
difícilmente podría sostenerse de manera individual.
Un aspecto clave es la generación de confianza. Los asociados saben que los recursos aportados
se reinvierten en beneficios directos para ellos y sus familias, lo cual motiva una participación más
activa. Esto contrasta con la percepción que en ocasiones existe frente a los sistemas de salud
convencionales, donde el usuario se siente distante de las decisiones administrativas.
En la actualidad, la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2021) reconoce a las cooperativas
como actores clave para ampliar la cobertura de salud en contextos donde los Estados enfrentan
limitaciones presupuestales o logísticas.
Coomeva cuenta con programas y servicios diseñados para fortalecer el acceso integral a la salud de los asociados y sus familias. A través de convenios médicos, planes de prevención, bienestar y actividades educativas en salud, se promueve una atención accesible y de calidad. Estas iniciativas buscan reducir barreras económicas y geográficas, contribuyendo a que la comunidad disponga de soluciones prácticas para el cuidado físico, mental y emocional, en coherencia con los principios cooperativos de solidaridad y apoyo mutuo.
Referencias
• Organización Internacional del Trabajo (OIT). (2021). Las cooperativas y la cobertura de la salud en comunidades vulnerables.
• Naciones Unidas. (2020). El papel de las cooperativas en el desarrollo sostenible de los
sistemas de salud.
