Los seres humanos pueden vivir aproximadamente un mes sin comida, pero sólo una semana sin agua. El agua es esencial para la vida. Lo damos por sentado, pero es tan esencial para nosotros como el aire que respiramos para regular nuestras vidas, necesitamos del agua para mantener nuestro cuerpo equilibrado puesto que disponemos de calor corporal para transportar nutrientes y eliminar productos de desecho, pero
¿Por qué es tan importante el agua para nuestro cuerpo?, ¿Qué pasa si dejo de beber agua?
Probablemente hayas oído que nuestro cuerpo está compuesto por un 55-65 % de agua, pero este porcentaje varía de persona a persona según la edad, el sexo y la composición corporal. En los recién nacidos este porcentaje es aún mayor. El agua por mucho que parezca lo más básico del mundo, es importante para nuestro cuerpo. Tiene muchas características, cuando hace calor sudamos para refrescarnos o respirar, pero un hecho poco conocido es que el aire que exhalamos nos ayuda a respirar y disipa el exceso de calor en nuestro cuerpo.
El agua también es el componente principal de la sangre. Por tanto, contribuye indirectamente al transporte de nutrientes, oxígeno y otras sustancias importantes a todas las células de nuestro cuerpo. El agua participa en la digestión de los alimentos, incluida la producción de saliva. Su función es absorber los nutrientes de los alimentos que ingerimos en el tracto digestivo.
Además, gracias al trabajo constante de los riñones, el agua elimina los productos de desecho a través de la orina y las heces. También, en un sentido más mecánico, el agua actúa como lubricante de las articulaciones y como amortiguador de órganos y tejidos protegiéndolos de posibles impactos.
Por lo tanto, para seguir con vida, necesitamos beber agua todos los días para reponer la que hemos perdido. ¿Sabe el cuerpo cuánta agua necesita y por tanto cuánta agua debe perder? ¿Cómo funciona? La respuesta está en neuronas especializadas llamadas osmorreceptores. Se localizan principalmente en el hipotálamo de nuestro cerebro y su papel es muy importante. Controlan la salinidad de nuestros fluidos corporales, fluidos como el plasma y el líquido intersticial, los fluidos que rodean nuestras células o los fluidos que las recubren. El cerebro está compuesto principalmente de agua, pero también de todo tipo de partículas disueltas en ella, como sales, azúcares y proteínas.
Para que nuestro cuerpo funcione, ¿cómo mantenemos este equilibrio entre la cantidad de partículas y la cantidad de agua en nuestro cuerpo?, ahora, el sensor de presión osmótica, que se encarga de detectar que este equilibrio está en contacto con el contenedor, el osmorreceptor es una célula que se ve así. Podemos ver que estamos rodeados de agua y partículas principalmente en el cerebro y los riñones. Cuando la cantidad de agua en el cuerpo disminuye debido a la sudoración excesiva, la concentración de partículas aumenta en la menor cantidad de agua, provocando que se pierda agua del osmo, lo que tiene una función receptora disminuida. Es como si intentara diluir todas estas partículas mediante un proceso llamado ósmosis. En fin, el agua en nuestro organismo permite llevar o transportar los nutrientes a las células. Es indispensable en el proceso digestivo, la respiración y la circulación sanguínea. Interviene o participa en la contracción muscular, dando flexibilidad y elasticidad a los tejidos internos.