Por las condiciones actuales de vida de muchas familias, tanto laborales como sociales, cada vez es más común encontrar en los abuelos un apoyo para la crianza de los hijos, convirtiéndose en el rol de cuidadores, mientras los padres cumplen con el rol de proveedores económicos de la familia.
Lo importante aquí es tener muy en cuenta que, por estar preocupados por brindar bienestar económico, no se nos puede olvidar lo importante y es nuestra presencia física y emocional para nuestros hijos.
Pepe Mojica lo decía en algunos de sus discursos; “Cuando tienes hijos no quieres que les falta nada, por estar preocupados por la máquina de las cosas, les terminas faltando vos, por la falta de tiempo, de comunicación...”, por más que los abuelos cumplan el rol de apoyo en el cuidado de los hijos, los padres (tanto madre como padre), deben cumplir con su rol en todas sus dimensiones (afectiva, de cuidado, de protección y orientación) y no terminar por solo dedicarse al rol de proveer económicamente a sus hijos, ya que ello acarreará problemas a futuro en la vida de los niños.
Analicemos entonces qué ocurre en las familias y en especial en los niños, cuando son los abuelos quienes ejercen el rol de cuidado. En muchos casos se ha observado cómo los abuelos terminan por ser permisivos con sus nietos, generando en ocasiones contradicciones con la crianza de los padres, quienes pretenden impartir disciplina.
Por tanto, es muy recomendable comprender aquí en especial para esos abuelitos que están cuidando a sus nietos, que deben respetar las normas y limites que los padres han establecido y no generar contradicciones que muchas veces termina por confundir y afectar a los niños, al contrario, es importante que apoyen dichas directrices que imponen los padres para generar mayor consistencia en la norma, y así prevenir el desarrollo de problemas de comportamiento que a futuro va a afectar el funcionamiento familiar.
Ahora bien, dejando bien en claro lo anterior, lo que se pretende discutir hoy es la importancia que tiene para la vida afectiva de los niños, sus abuelos, reflexionemos ¿por qué?
Los abuelos que crían o pasan tiempos con sus nietos desde muy pequeños marcan los corazones de estos, porque es íntimo el amor de los abuelos, siendo cómplices de los nietos, los crían con la sabiduría de haber cometido errores con sus hijos que no quieren repetir, ya con sus nietos aprenden que quizás no era tan importante un castigo, sino un abrazo, un te quiero, un premio, los abuelos vienen a enseñar y a acompañar a su nieto, pero su papel más importante es que vienen para recordar que la ternura es una posibilidad.
A veces los padres y por muchas exigencias de la vida diaria pueden ser fuertes porque están aprendiendo a ser padres, deben impartir disciplina, como se explicaba anteriormente e indiscutiblemente puede ser una de sus funciones más importantes, pero los abuelos tienen la convención que su rol es de acompañar, la enseñanza que da un abuelo, es diferente a la de los padres y consiste en practicar la ternura como una posibilidad.
La fugacidad de los abuelos en la vida de los nietos y que más temprano que tarde ya no van a estar más, permite que su principal enseñanza para con ellos, es que merecen ser amados y ese recuerdo de sentirnos dignos de serlo, es lo que siempre va a perdurar en el corazón de la mayoría de nietos que hemos contado con la fortuna de tener un abuelo o abuela que nos amara de forma incondicional.
Finalmente, es importante comprender que todos los seres vivos necesitamos largo cuidado, los niños y en especial hoy, por tanto, tecnología tienen una infinita capacidad de aprender, pero nada vale tanto como la relación, el afecto, el cariño, el tiempo compartido, sobre todo en las primeras etapas de la vida, por eso es que los abuelos cuando están presentes en dichas etapas, se convierten en una parte fundamental en la vida de los niños.
Debemos comprender esa relación y sobre todo más que juzgarla es comprender las ventajas que tiene para los niños, igualmente comprender que amar también es orientar, disciplinar y no en la misma dimensión en que lo harán los padres, los abuelos cuidadores sí pueden contribuir a que exista en la crianza límites, sobre todo ayudar en la adquisición de valores importantes en la vida de los niños.
