Si apenas comienzas tu vida profesional, es muy probable que hayas notado los cambios drásticos que afectan a muchos empleos tradicionales, sobre todo en lo que concierne a su interacción con las herramientas tecnológicas actuales. Por tanto, es inevitable que tengas dudas sobre algún área de estudio o carrera a seguir y su posible relevancia en el campo laboral del futuro. En esta nota vamos a revisar la forma en que estas innovaciones modernas afectan a las profesiones actuales, con el fin de ayudarte a tomar la decisión correcta.
Una característica esencial de las profesiones que serán más requeridas en el futuro es que se basan en la creatividad e innovación, no pueden ser aburridas ni rutinarias y buscan construir nuevas conexiones. Así pues, los oficios relacionados con el campo de la informática, como la programación o el desarrollo digital, son una gran oportunidad, ya que te permiten trabajar en equipo y vincular tus sueños a una amplia búsqueda creativa que orientará tu camino profesional.
En este sentido, las últimas tres generaciones tienen comportamientos bastante definidos que vale la pena analizar.
Mientras la generación X (nacidos entre 1960 y 1980, aproximadamente) busca estabilidad y se preocupa por adquirir bienes, los millennials (1980-2000) están interesados en desarrollar experiencias vitales que no necesariamente se relacionan con los bienes de consumo. Por último, la generación Z (mediados de los años 90 hasta 2010, aproximadamente), nacida durante el auge de la era digital, se distingue por su multitasking, o capacidad de realizar muchas acciones al mismo tiempo, que los prepara de forma instintiva para las exigencias tecnológicas del futuro mercado laboral.
Si bien el espacio laboral está en continuo cambio y crecimiento gracias a los numerosos avances tecnológicos que aparecen casi a diario, es importante señalar que este proceso se ha acelerado sustancialmente durante la pandemia. En conclusión, parece que la clave definitiva para las profesiones del futuro consiste en reconocer su capacidad de evolucionar o reinventarse, de surgir de nuevo ante la amenaza de desaparición.