En un mundo acelerado y sobrecargado de estímulos, encontrar espacios para reconectar con uno mismo no solo es necesario, es urgente. Las demandas constantes, la hiperconectividad y el ruido mental nos alejan de nuestra propia esencia. En este contexto, el mindfulness —o atención plena— ha ganado popularidad como una herramienta efectiva para mejorar el bienestar emocional, reducir el estrés y fortalecer la salud mental. Se trata de cultivar la capacidad de estar presentes, sin juicios, plenamente conscientes de lo que ocurre aquí y ahora. Su práctica no requiere cambios radicales en el estilo de vida, pero sí un compromiso consciente con el presente, con cada respiración, cada pensamiento y cada sensación.
Al integrar momentos breves de atención plena en la rutina diaria —como al caminar, comer o incluso al conversar— podemos reconectarnos con lo esencial y recuperar un equilibrio perdido entre el hacer y el ser.
El mindfulness es una práctica que consiste en prestar atención plena al momento presente, sin juzgar. Lejos de ser una moda, cuenta con respaldo científico: investigaciones publicadas en Harvard Gazette (Goleman & Davidson, 2017) demuestran que practicar mindfulness de forma regular mejora la concentración, disminuye los niveles de ansiedad y fortalece regiones del cerebro asociadas con la regulación emocional.
No se trata de dejar la mente en blanco, sino de observar los pensamientos con
distancia, permitiendo gestionar mejor las emociones y responder, en lugar de
reaccionar, ante las situaciones difíciles.
Adoptar la atención plena no requiere ir a un retiro o tener horas libres al día. Estas son algunas formas prácticas de comenzar:
• Respiración consciente: dedicar 5 minutos al día a observar la respiración permite calmar el sistema nervioso.
• Caminatas atentas: caminar prestando atención a los pasos, sonidos y sensaciones corporales ayuda a anclarte en el presente.
• Comer con atención: evitar distracciones durante las comidas, saboreando y sintiendo los alimentos, mejora la relación con la alimentación.
• Pausa consciente: antes de responder un mensaje o tomar una decisión, respira y observa cómo te sientes.
Estudios recientes muestran que la práctica sostenida de mindfulness puede
disminuir síntomas de depresión leve, reducir el insomnio y mejorar el
funcionamiento del sistema inmune (Keng, Smoski & Robins, 2011). También
se ha comprobado su efecto positivo en entornos laborales, donde aumenta la
productividad y disminuye el agotamiento.
Este enfoque se convierte en una herramienta poderosa para quienes buscan
equilibrio emocional sin depender exclusivamente de tratamientos clínicos.
En Coomeva promovemos un enfoque integral del bienestar. A través de
programas de salud mental, charlas de crecimiento personal, y talleres de
mindfulness, brindamos a nuestros asociados herramientas para cultivar una
vida emocional más saludable. Descubre cómo la categoría BienEstar de
Coomeva puede ayudarte a vivir con más calma, propósito y equilibrio
emocional.
Referencias:
• Goleman, D., & Davidson, R. (2017). Altered Traits: Science Reveals How Meditation Changes Your Mind, Brain, and Body.
• Keng, S. L., Smoski, M. J., & Robins, C. J. (2011). Effects of mindfulness on psychological health: A review of empirical studies. Clinical Psychology Review, 31(6), 1041–1056.
• Harvard Gazette. (2017). What mindfulness does to the brain.