Para aquellos que inician en el ámbito de las ventas digitales, seleccionar la plataforma correcta puede determinar si el comienzo es difícil o si se logra un desarrollo exitoso. Hay dos modelos fundamentales que la empresa puede evaluar: los marketplaces vs tienda propia. Cada opción presenta beneficios particulares y desafíos específicos. Por lo tanto, es esencial comprender cómo funcionan y de qué manera se adaptan a las necesidades de cada proyecto antes de tomar una decisión.
Vender en un mercado digital ofrece la oportunidad de enlazarse con una base de compradores ya establecida. Al unirse a estas plataformas, el emprendedor tiene acceso instantáneo a un gran volumen de usuarios que buscan una variedad de productos. Esto hace que la adquisición de clientes sea casi un proceso automático, dado que la notoriedad está asegurada por la reputación del sitio. Asimismo, la tecnología, el manejo de pagos y el soporte al cliente suelen ser uniformes, lo que permite que el vendedor dedique más tiempo y recursos a elegir y promocionar sus productos. No obstante, esta velocidad tiene como contraparte la competencia directa. En un marketplace Colombia, el producto confronta numerosas ofertas parecidas y los márgenes pueden disminuir por las comisiones y tarifas. El emprendedor necesita optimizar su enfoque de precios, prestar atención a las descripciones y fotografías, y utilizar las herramientas de posicionamiento interno que proporciona la plataforma. Quien logra resaltar su oferta incrementa sus oportunidades de venta, pero necesita esfuerzo para comprender los algoritmos y las dinámicas de visibilidad en cada marketplace.
La tienda virtual propia da un manejo total de la marca y las compras. Al crear un sitio y manejar sus ventas, el negocio crea una imagen visual única, diseña rutas de compra y da ofertas solo para sus clientes. Esto ayuda a fidelizar a los clientes, pues hay una unión directa sin intermediarios. Tampoco hay que pagar comisiones a terceros y se pueden usar sistemas de pago y logística que encajen bien con el proyecto. Sin embargo, abrir una tienda personal conlleva la necesidad de invertir en la creación de un sitio web, publicidad en línea y optimización tanto orgánica como pagada. Captar visitas desde el inicio exige el uso de tácticas de SEO, promociones en plataformas sociales y la creación de contenido valioso que capte la atención de quienes están interesados. A pesar de que este proceso requiere más tiempo y recursos al principio, a largo plazo facilita la construcción de un patrimonio digital que se convierte en un activo real para la empresa.
Ambas opciones pueden coexistir y beneficiarse mutuamente. Muchos empresarios comienzan en plataformas para vender en línea para comprobar la aceptación de su producto y, al mismo tiempo, establecen su propia tienda. De este modo, utilizan la exposición instantánea para después fortalecer su propia base. Te invito a las asesorías especializadas que ofrece la Cooperativa Coomeva, las cuales se ajustan a tus necesidades como emprendedor asociado.