Es importante que como adultos comprendamos que los niños y adolescentes de esta generación, tienen características diferentes a las nuestras como adultos, por tanto, es importante entender que el manejo de dispositivos tecnológicos y redes sociales es un tema que en algún momento hará parte de sus vidas, lo cual obliga a tener claridades frente al manejo de ellas y sobre todo comprender que es una realidad que no se resuelve con solo prohibir, sino más bien con dar las herramientas para que tengan un uso responsable de las mismas, igualmente de establecer unos horarios para el manejo de los mismos como parte de las normas que se deben establecer en la crianza.
De acuerdo a estudios realizados en el tema muchos profesionales que trabajamos con población infanto juvenil y en campo de la salud mental, coincidimos de que la edad para el manejo de aparatos tecnológicos debe aplazarse en lo posible hasta los dos años y en tiempos regulados, con ello prevenimos varios aspectos que en edades siguientes podrán ser un problema, sin embargo, la realidad parece otra, ya que muchos niños en edades tempranas, ya hacen uso de las mismas, y con el riesgo de que lo hacen sin ningún control o supervisión de los adultos responsables, siendo en algunos aspectos un riesgo para su salud mental en tanto se permea de un mundo no real, un mundo que brinda gratificación instantánea porque todo lo encuentro allí.
Pero por qué para algunos especialistas en el tema, la pantalla que tiene efectos maravillosos para algunos aspectos, tiene unos efectos negativos para otros, para comprender ello es importante recordar la explicación que brinda la médica psiquiatra Marian Rojas, sobre las afectaciones del uso de aparatos tecnológicos en el cerebro, principalmente la zona del cerebro llamada corteza prefrontal, la cual es el área que se encarga de pensar, razonar, reflexionar y de dar soluciones a los problemas y nos hace seres superiores.
Ella afirma que La corteza prefrontal se activa con luz, sonido y movimiento, que pasa si le entregas una table (luz, sonido y movimiento) a un bebe a un niño de un año, estamos activando algo primitivo del cerebro que se debe activar por sí solo, queremos que los niños presten atención en clase, este tranquilo en algunos espacios y contextos, que balla gestionando los impulsos, pero si yo utiliza la pantalla para todo, estamos entregando una herramienta externa para algo que funciona en su cerebro, esa zona del cerebro se empieza a atrofiar.
Por ejemplo en los adultos que usamos para todo la pantalla, incluso para ubicarnos en la ciudad, entre otros, estoy activando menos mi corteza prefrontal y por eso cada vez funciona peor y es donde tenemos menos capacidad de concentración, de gestionar las emociones y menos capacidad de controlar los impulsos, en los niños ocurre de igual manera se convierten en personas más impulsiva, más desatentas y cada vez con menor capacidad para tolerar la frustración.
El uso de las pantallas llámese celular, table, video juegos, brindan una gratificación instantánea, es decir cada vez que estoy aburrido o estresado tengo algo que me alivia, aspecto que pasa de forma muy similar en los jóvenes quienes pueden tener la costumbre, que cada vez que se sienten mal, que están frustrados, se acuda al teléfono, como una forma de aliviarlo, por lo cual se le enseña al cerebro que ante el aburrimiento o el estrés hay una vía fácil, por tanto cuando un niño se le da un dispositivo electrónico a muy temprana edad, para que “se entretenga y deje de llorar”, paralelamente y quizás muchas veces de manera poco consciente, le estamos ayudando a desarrollar una nula tolerancia a la frustración, no permitiéndole que su corteza prefrontal llegue a su máximo potencial.
Finalmente tengamos en cuenta lo siguiente para una crianza más positiva:
Por eso es importante retrasar el uso de los dispositivos en casa, de los 0 a los 2 años cero o nada, de los 2 a los 5 poco, para ellos los padres deben dar ejemplo.