En la vida y especialmente en los negocios el cambio es la única constante. Puede llegar en forma de crisis, transiciones personales, transformaciones del mercado o hacer frente a las decisiones difíciles. Frente a estos escenarios, una habilidad se vuelve esencial: la resiliencia.
Es esa capacidad interna de adaptarse, levantarse y crecer a pesar de las adversidades. No se trata de ignorar el dolor o la dificultad, sino de transformarlos en aprendizaje, fuerza y dirección.
Acá unas consideraciones que te ayudarán a ser resiliente:
El primer paso para cultivar resiliencia es dejar de resistirse al cambio. Negarlo solo genera más ansiedad. En lugar de preguntarte ¿por qué me pasa esto?, cambia la pregunta por ¿para qué me está sucediendo? Así se transforma en aprendizaje lo sucedido. Aceptar no significa conformarse. Significa abrir la puerta al entendimiento, al crecimiento y a nuevas posibilidades.
En medio del ruido externo, los cambios y las expectativas, es fácil desconectarse. Pero la resiliencia se cultiva desde adentro. Regálate momentos de silencio, prácticas de meditación o escritura, y conecta con tus emociones. Pregúntate: ¿Qué necesito hoy para estar bien? ¿Cómo puedo cuidarme en medio de esta transformación?
Escucharte es honrar tu proceso.
Los vínculos sociales de apoyo son clave. Conversar con personas que te entienden, te escuchan sin juicio y te inspiran, puede renovar tu energía y ampliar tu perspectiva. En tiempos de cambio, busca comunidad: grupos, espacios, lecturas, videos, personas con quienes puedas compartir y crecer.
El miedo paraliza cuando no se le da un cauce. Pero si lo escuchas y lo usas como motor, puede impulsarte a tomar decisiones que fortalezcan tu camino. Haz pequeñas acciones diarias que te acerquen a tu bienestar y tus metas. Celebrar avances, por mínimos que parezcan, es vital para mantener la motivación.
Toda crisis lleva un mensaje oculto. La resiliencia florece cuando encontramos sentido en medio de lo incierto. Pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Qué parte de mí se está fortaleciendo con esta experiencia?
Ese “para qué” será tu ancla cuando sientas que todo se tambalea.
Mientras transitas la crisis estar presente y actuar a consciencia, ayuda a minimizar estados de angustia. ¿Qué puedo hacer hoy que me acerque a mis objetivos?. Actuar de manera presente ayuda a enfocarse mejor en las soluciones y a tener el control de tus acciones.
La resiliencia no es una meta, es una práctica diaria. Es la suma de decisiones conscientes que nos permiten vivir con más fuerza, flexibilidad y confianza, incluso cuando el terreno cambia bajo nuestros pies.
Y tú, en este momento de tu vida… ¿cómo respondes a los desafíos de la vida?
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Por: Laura Liliana Corredor Gil https://www.linkedin.com/in/laura-liliana-corredor-gil-00121a50/