Todos lo hemos escuchado antes: una deuda es negativa. Pero ese no es siempre el caso. Una deuda a veces se puede usar para comenzar a generar capital, como sucede en el caso del apalancamiento financiero. Estamos hablando de un préstamo, sólo que este es usado para una inversión con la intención de aumentar potencialmente el retorno de dicha inversión.
Veamos en qué consiste y sus características principales.
El concepto de apalancamiento financiero es mucho más común en el mundo empresarial. En este ámbito se utiliza principalmente para aumentar la rentabilidad del capital de una empresa, recurriendo en algunos casos al factoring. De esta manera, puede aumentar su eficiencia operativa requiriendo más espacio, equipos o personal para crecer a partir del apalancamiento.
El apalancamiento financiero puede ser favorable o desfavorable. Es positivo cuando las ganancias son mayores que los costos de la deuda. Sin embargo, es negativo si las ganancias de la empresa son más bajas que el costo de asegurar los fondos.
Consideraciones para utilizar
el apalancamiento como herramienta
Si bien el apalancamiento como herramienta de financiamiento puede ser rentable, es importante tomar algunas precauciones:
El punto central del apalancamiento financiero es que ya lo tienes todo para invertir. Cuando aprovechas de la mejor manera tus recursos actuales, estos se expanden y se multiplican para producir nuevos recursos. De esta misma manera encontrarás 3 tipos de apalancamiento:
Apalancamiento positivo
En este escenario, ambas partes tienen elementos que desean la una de la otra y ambas se benefician mutuamente. Por ejemplo, si estás comprando una casa es porque quieres ser dueño de una casa. El vendedor está ofertando la casa porque probablemente quiere el dinero. Como eres comprador, tienes dinero que puedes cambiar por la propiedad que deseas. Así, se benefician mutuamente.
Apalancamiento negativo
En este tipo de apalancamiento financiero, las amenazas de la decisión de usar este mecanismo superan los beneficios que se puedan recibir de él en el futuro. Por ejemplo, si se realiza un préstamo de 10.000 pesos a un interés anual del 10% y dicho dinero es destinado para la compra de unas acciones en la bolsa de valores. Si las acciones sólo nos rinden 800 pesos, estamos perdiendo 200 pesos porque debimos pagar 1.000 pesos de intereses por el crédito.
Si la tasa de rendimiento de los activos es inferior a la tasa de interés que se paga por los pasivos, estamos en un apalancamiento negativo.
Apalancamiento neutral
Con este enfoque, suele percibirse una ganancia con las inversiones financiadas que llega a igualar lo que se paga por los pasivos que financiaron esas inversiones. Es decir, la rentabilidad financiera no varía.
Retomando el ejemplo anterior, digamos que las acciones sólo nos rinden 1.000 pesos exactos. Entonces estarías cubriendo la deuda de los 1.000 pesos de intereses que te genera el crédito al 10% anual.
El apalancamiento proporciona los siguientes beneficios:
Algunos inconvenientes de utilizar el apalancamiento financiero son:
El valor del apalancamiento financiero se calcula aplicando una fórmula que es muy sencilla en su base. Este número es igual a dividir 1 entre el valor de la inversión total, sobre la cantidad de recursos propios invertidos.
Representado en forma de fórmula matemática sería:
Apalancamiento financiero = 1/(Valor de la inversión/Recursos propios invertidos).
Finalmente, el apalancamiento financiero tiene el poder de alentarte a ver los desafíos como oportunidades. Por ejemplo, las empresas creadas a partir del crowdfunding, o las mismas Fintechs pasan de ser un deseo de los emprendedores para ser una realidad gracias al uso del apalancamiento.
Pedir préstamos permite a las empresas y a las personas realizar inversiones que, de otro modo, estarían fuera de alcance. Por lo tanto, en muchos casos pedir prestado para invertir logrará potencialmente hacer crecer tu inversión con altas probabilidades de obtener ganancias con ella.