Según datos históricos el bingo tiene origen italiano en 1530, inicialmente se le denominó beano, y era el juego acostumbrado en las ferias pueblerinas. El bingo era la lotería italiana del Renacimiento. De Italia se extendió a Francia, dejando de ser un juego para el pueblo, pasó a ser un juego para gente adinerada y que habitaba en palacios. En Francia, se creó la versión de los cartones de bingo que conocemos actualmente. De Francia pasó a Alemania. En el Siglo XIX en Alemania, el bingo se usaba para enseñar a los niños a contar los números, así mismo como a reconocerlos. En Estados Unidos, fue donde el juego se hizo popular y se le dio el nombre de bingo en 1929. El juego se extendió posteriormente a España y México.
El objetivo del Bingo es ser el primero en llenar el cartón individual. En
muchos países se practica como juego de azar, principalmente en Estados
Unidos, donde el premio para el ganador o ganadores del bingo es dinero.
En 1929, Lowe un vendedor neoyorquino, quién había creado una
empresa de juguetes conoció el juego del “beano” en un viaje que realizó a
Georgia, y decidió lanzar al mercado el juego con el nombre de Bingo y
con dos modelos, uno con doce cartones y otro con 24 cartones. El éxito
fue enorme y la empresa de juguetes se hizo famosa.
A medida que se fue popularizando el juego, Lowe se dio cuenta que para desarrollar el
bingo a gran escala se requerían muchas combinaciones de números para los cartones,
para evitar múltiples ganadores, para lo cual contrató a un profesor de matemáticas de la
Universidad de Columbia, para que le diseñara 6000 cartones de bingo con números no
repetidos. Lowe escribió un manual de instrucciones para el juego, y su empresa imprimía gran
cantidad de cartones diariamente.
El juego del bingo consta de: