Todos hemos escuchado muchas expresiones como que la adolescencia es la etapa “más difícil de la vida”, o “que lidiar con un adolescente en casa, es como vivir en una montaña rusa”, por el cambio constante de sus estados de ánimo o simplemente porque la irritabilidad, la rebeldía e ir en contra de, es la característica común de dicha etapa, ¿pero por qué pasa esto?
Adolescencia, viene de la etiología adolecer – padecer, en términos psicológicos podríamos asociarlo con que duele crecer y quizás porque es la sensación de estar incompleto o carente de algo y es precisamente la descripción mas clara del por que la personalidad se ve alterada, y es que no es fácil lidiar con tantos cambios físicos, emocionales, motivacionales, lo que antes disfrutaba hacer, como jugar, salir con mis padres, compartir con las personas, ahora lo rechazo rotundamente y empieza una etapa de ensimismamiento donde los pares, se convierten en esos referentes más importantes al igual que la tecnología, la cual me permite tener mayor proximidad con esos pares pero mas distanciamiento con el mundo real.
Por lo anterior es MUY IMPORTANTE, varios aspectos, como son las normas, la claridad en los límites y sobre todo la comunicación, sin embargo, esta ultima es la que más rechazan los adolescentes, por eso, la comunicación debe ser clara y precisa, “la cantaleta”, o la repetidera constante de aspectos que obviamente a los padres molesta, es necesaria reducirla y si se puede eliminarla, por tanto entre más claridad en las normas MAYOR claridad en las consecuencias de no cumplirlas, por tanto se puede negociar con el adolescente y dicha negociación viene de los privilegios que a su edad y sus necesidades son relevantes, como permisos, salidas, manejo y tiempo del celular o la tecnología, establecimiento de relaciones afectivas, todos estos privilegios los establecen los padres y deben ser negociados básicamente a partir del cumplimiento de sus deberes, como es lo académico (principalmente), ayuda en los deberes de la casa y otros que los padres establecerán como necesarios.
Es importante comprender que durante esta etapa ocurren transformaciones a nivel cerebral, por tanto, el adolescente experimenta cambios en su forma en que se relaciona con el mundo, así que es la etapa donde puede aparecer de forma más acentuada el involucramiento en situaciones de riesgo como embarazos a temprana edad, depresión, consumo de SPA, alto manejo de calle, involucramiento con pares de referencia negativa, entre otros, siendo muy necesario la orientación psicológica, no solo para el adolescente sino para la familia, comprender las necesidades de los adolescentes puede ayudar a vivir en menos peleas constantes con los mismos y sobre todo tomar acciones de protección hacia los mismos, como es ayudarles en esta etapa tan importante para la vida.
El acompañamiento y orientación profesional permite que de alguna manera los padres puedan desarrollar herramientas de afrontamiento a las situaciones con los adolescentes y a su vez los jóvenes puedan tener un espacio donde puedan elaborar sus emociones y a discernir de la mejor manera “toda esa montaña rusa” que generalmente padecen.