Tener un presupuesto personal o familiar no se trata de limitar gastos, sino de aprender a usar el dinero de forma estratégica. Un error común es crear presupuestos tan rígidos que se desmoronan ante el primer imprevisto. En realidad, un buen plan financiero debe ser tan flexible como la vida misma: capaz de ajustarse a cambios sin afectar tus metas principales.

El primer paso es conocer a fondo cómo se comporta tu dinero mes a mes. Para lograrlo, registra tus ingresos fijos y variables, y clasifica los gastos en tres grupos: esenciales (alimentación, vivienda, transporte), flexibles (entretenimiento, compras personales) y metas financieras (ahorro, inversión, pago de deudas).
Esta división te permite visualizar con claridad dónde puedes ajustar en caso de emergencia sin
desbalancear tus finanzas.
Los gastos inesperados como: una reparación, una cita médica o una pérdida temporal de ingresos pueden desestabilizar cualquier presupuesto.
Por eso, lo ideal es destinar una parte de tus ingresos, aunque sea pequeña, a un fondo de
emergencia.
Lo recomendable es acumular entre tres y seis meses de gastos básicos, guardados en una cuenta
separada de fácil acceso. Este respaldo financiero te da tranquilidad y evita recurrir a créditos
costosos en momentos difíciles.
Una estructura práctica para mantener equilibrio es la regla 50/30/20: destina el 50% de tus ingresos a necesidades básicas, el 30% a gastos personales y el 20% a ahorro o pago de deudas. Sin embargo, esta proporción debe adaptarse según tus circunstancias. Si un mes tus gastos aumentan por un imprevisto, puedes ajustar temporalmente tus porcentajes, siempre procurando regresar a la estructura inicial una vez se estabilice tu economía.
Un presupuesto no es un documento estático. Revisarlo cada mes te permite detectar patrones, eliminar gastos innecesarios y reorganizar tus prioridades. Incluir herramientas digitales o aplicaciones financieras puede facilitar este seguimiento y ayudarte a mantener el control sin complicaciones.
Aprender a administrar tus recursos de manera flexible te prepara para enfrentar cualquier cambio sin perder estabilidad. La clave no está en cuánto ganas, sino en cómo te organizas para que tu dinero trabaje a tu favor.
Coomeva brinda a sus asociados herramientas, asesoría y productos financieros diseñados para fortalecer la planificación económica personal y familiar. Contar con el respaldo de una
cooperaJva sólida permite construir presupuestos inteligentes que se ajustan a cada etapa de la
vida, protegiendo lo más importante: tu tranquilidad y bienestar financiero.

Referencias bibliográficas:
• Superintendencia Financiera. (2024). Educación financiera: cómo elaborar y mantener un presupuesto personal.
• Banco de la República. (2023). Consejos prác:cos para la administración del dinero y
ahorro familiar.