Descansar es resistir: el nuevo significado del bienestar en tiempos de prisa


17
Compartir en:

Durante décadas, el éxito se midió en función del cansancio. Las largas jornadas laborales, las reuniones interminables y las horas de sueño sacrificadas eran sinónimo de compromiso, ambición y productividad. “Dormir es para los débiles” fue una frase repetida con orgullo en los círculos empresariales, mientras las ojeras se convertían en un símbolo de mérito. Sin embargo, el paradigma está cambiando: en una sociedad hiperconectada, donde todo exige inmediatez y respuesta, descansar se ha transformado en un acto profundamente contracultural.

Hoy, dormir, pausar y desconectarse no son gestos de pereza, sino formas de resistencia. En una cultura del rendimiento que valora el hacer por encima del ser, elegir descansar es desafiar la lógica del consumo constante de energía, información y productividad. El filósofo surcoreano Byung-Chul Han, en su obra La sociedad del cansancio, plantea que vivimos inmersos en un modelo que nos explota desde la autoexigencia. Ya no hay un jefe que nos oprima: somos nosotros mismos los que nos exprimimos intentando “rendir más”. En este contexto, detenerse equivale a rebelarse contra un sistema que asocia el valor personal con la utilidad.

insomonio

Desde la neurociencia y la psicología también se ha confirmado que el descanso no es una pérdida de tiempo, sino un proceso esencial para la creatividad, la memoria y la toma de decisiones. Estudios de la Universidad de Harvard demuestran que dormir adecuadamente fortalece las conexiones neuronales y favorece la resolución de problemas complejos. La pausa, entonces, no es un lujo, sino una herramienta estratégica. 

Por eso, cada vez más líderes y organizaciones están entendiendo que cuidar el descanso de sus equipos no es un gesto de bienestar, sino una inversión en inteligencia colectiva. En el plano social, la desconexión también adquiere un valor simbólico. En un mundo donde todo se comparte y se mide en “likes”, apagar el teléfono o negarse a estar disponible permanentemente es una forma de recuperar autonomía. Es decir: quien controla su tiempo, controla su vida. Por eso, descansar no solo es autocuidado, sino una manifestación de poder interior. Como señala la escritora Tricia Hersey, fundadora del movimiento The Nap Ministry, “el descanso es una forma de justicia social”: una reivindicación frente a un sistema que históricamente ha deshumanizado los cuerpos productivos.

Paradójicamente, mientras el mercado vende aplicaciones para dormir mejor o retiros de silencio, el verdadero descanso sigue siendo un privilegio. No todos pueden permitirse desconectarse: muchas personas trabajan bajo estructuras que premian la disponibilidad permanente. Por eso, reivindicar el descanso también implica cuestionar la desigualdad y exigir entornos que valoren el bienestar por encima del rendimiento ciego.

Dormir bien, poner límites y desconectarse no son actos de evasión: son actos de soberanía. En un mundo que glorifica la prisa, descansar es una declaración política. Es afirmar que el cuerpo no es una máquina, que la mente necesita silencio y que la vida no se mide en productividad, sino en presencia. 

Es importante descansar y tener tiempos de esparcimiento y puedes hacerlo con ayuda de Recreación Coomeva 

Este espacio es para comentarios acerca del contenido del blog, si requiere hacer alguna solicitud o información de alguna de las empresas del grupo si es Asociado a Coomeva Cooperativa por favor puede hacerlo a través de nuestros canales de contacto.