El sector minero-energético, históricamente dominado por hombres, enfrenta desafíos globales en su camino hacia la equidad de género. A pesar de que en las últimas décadas se han hecho esfuerzos para integrar más mujeres en roles técnicos y de liderazgo, aún persisten barreras culturales, económicas y sociales, especialmente en las comunidades locales.
Las normas tradicionales de género limitan la participación de las mujeres en el sector. En muchas comunidades cercanas a operaciones mineras, los trabajos en minas se perciben como peligrosos y no aptos para ellas. Sin embargo, algunas empresas locales han comenzado a desafiar estos estereotipos mediante programas de capacitación técnica para mujeres y su inclusión en roles operativos. En regiones de América Latina, por ejemplo, se ha logrado que mujeres operen maquinaria pesada, lo que demuestra sus capacidades para desempeñar funciones tradicionalmente masculinizadas. Además, se han promovido procesos participativos que permiten a las mujeres intervenir en la toma de decisiones.
En varios países, los gobiernos están adoptando políticas para aumentar la participación femenina en la minería y la energía. Países como Chile y Canadá han implementado cuotas y programas de incentivos para fomentar el liderazgo femenino. En Chile, el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género busca que las mujeres representen al menos el 25% de la fuerza laboral minera para 2025. Por otro lado, la legislación en Sudáfrica exige reportes periódicos sobre avances en equidad. No obstante, persisten desafíos como la brecha salarial y la subrepresentación femenina en puestos directivos y técnicos.
Organismos internacionales, como la OIT y el Banco Mundial, promueven la equidad de género en las industrias extractivas. Esta iniciativa está alineada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 de la ONU, que insta a garantizar la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Empresas globales han comenzado a adoptar estrategias inspiradas en estos compromisos internacionales, mejorando la inclusión de mujeres. Además, redes como Women in Mining (WIM) abogan por la igualdad de género y brindan apoyo a mujeres en el sector.
Aunque se han logrado avances, persisten obstáculos como estereotipos, discriminación y falta de conciliación entre la vida laboral y familiar. Sin embargo, la automatización y las nuevas tecnologías están creando oportunidades laborales que no requieren fuerza física, facilitando la inclusión femenina en roles técnicos. Además, el creciente compromiso de las empresas con la responsabilidad social corporativa convierte la equidad en una ventaja competitiva.
Lograr la equidad de género en el sector minero-energético demanda esfuerzos coordinados a nivel local, nacional e internacional. Es esencial fortalecer políticas inclusivas, fomentar la capacitación y crear ambientes de trabajo seguros. Solo mediante un compromiso firme y continuo se garantizará que las mujeres tengan las mismas oportunidades para desarrollarse en este sector estratégico.
Bibliografía:
1. Foro Económico Mundial. (2021). Mujeres y el futuro de las industrias extractivas. Disponible en: www.weforum.org
2. Organización Internacional del Trabajo. (2020). El futuro del trabajo en el sector minero-energético. Disponible en: www.ilo.org