Tu vida puede tener grandes propósitos definidos que necesitan de cantidades considerables de tiempo y esfuerzo para volverse realidad. Este es el caso de proyectos como establecerse permanentemente en otro país o tener una familia. Generalmente, todos ellos requieren que cumplas diversos objetivos más pequeños para tener éxito. Conoce aquí la importancia de las metas a corto plazo y lo que debes tener en cuenta para alcanzarlas.
En esencia, las metas a corto plazo son aquellas que cierran la brecha entre dónde estás ahora y adónde quieres llegar. Usualmente, son tareas que buscas cumplir en un período corto. Puede ser una semana, un mes o algunos meses; depende de qué se trate tu meta (Task, 2021).
Idealmente, este tipo de meta te acerca a tus propósitos a largo plazo: esos que tienes en tu mapa de los sueños y que contribuyen a tu crecimiento personal. Fijarlas es útil, ya que te permite enfocarte, identificar los siguientes pasos a tomar y monitorear tu progreso (Task, 2021).
Las metas a corto plazo son fundamentales para conquistar cualquier objetivo porque lo hacen más alcanzable. Con frecuencia, las metas a largo plazo pueden parecer muy lejanas o difíciles. Por ello tienden a ser abrumadoras.
Fijar logros más cercanos y manejables te ayuda a mantenerte motivado y a estar concentrado en tus prioridades actuales (Indeed Editorial Team, 2021). Igualmente, tener metas significativas contribuye a que siempre sepas qué es lo más importante que debes estar haciendo en cada momento (The Art Of Living, s.f.). Estas son algunas de las otras razones por las cuales estas metas son importantes (Task, 2021):
· Invitan a diseñar estrategias más realistas y efectivas.
· Permiten evaluar más rápidamente el progreso.
· Ayudan a combatir la procrastinación.
Ya sea que quieras generar el hábito de ejercitarte o finalmente adquirir un seguro de vida con las mejores condiciones para ti, estas recomendaciones te ayudarán a conquistar tus metas (Ackerman, 2021; Push Far, s.f.; The Art Of Living, s.f.):
De nada sirve que hagas las cosas bien si no estás haciendo las cosas adecuadas. Tus metas próximas deberían alimentar tus propósitos finales. Supongamos que tu objetivo a largo plazo es aprender un idioma. Algunas metas cercanas pueden ser estudiar una hora diaria. También puedes ver películas y series con audio y subtítulos en ese lenguaje.
La sigla en inglés SMART se refiere a metas simples, medibles, alcanzables, realistas y con un marco de tiempo específico. Estos rasgos ayudan a que tus acciones genuinamente representen progreso. Por ejemplo: leer más es un propósito abstracto. En cambio, leer una cantidad determinada de páginas diarias es una meta SMART.
Define cada cuánto vas a evaluar tus metas. Esto te ayudará a definir si lo que estás haciendo funciona y si los tiempos que fijaste son realistas. También te permitirá identificar tanto problemas en el cumplimiento como prácticas efectivas.
Veamos un caso. Quieres pasar más tiempo consumiendo productos provechosos para tu desarrollo profesional, como webinars o charlas sobre tu campo. Al intentar incluirlo en tu rutina, terminas haciéndolo durante tus horas de descanso, que incluyen tu tiempo en familia. Revisar esta meta te puede ayudar a priorizar lo que te sea más valioso y a encontrar mejores maneras de alcanzar tu objetivo.
Si te has preguntado qué es el autoconocimiento y para qué sirve, estás un paso más cerca de cumplir tus metas próximas. Estar al tanto de tus habilidades, tendencias y oportunidades de cambio aporta a que fijes objetivos balanceados y diseñes mecanismos que realmente te ayuden a cumplirlos.
Como ves, las metas a corto plazo son importantes para alcanzar grandes propósitos. Fragmentan los grandes proyectos en tareas más inmediatas y alcanzables. De esta manera, te dejan avanzar constantemente y percibir tu progreso con mayor precisión. Anímate a aplicar estos conocimientos y consejos para seguir trabajando por tus sueños.
