Frutas y verduras: biocombustibles sostenibles

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El manejo inadecuado de los residuos orgánicos generados diariamente y en gran cantidad por las ciudades, constituye una de las problemáticas ambientales actuales a nivel mundial. Entre los residuos orgánicos encontramos los de frutas y verduras, los cuales son producidos en grandes cantidades por supermercados y plazas de mercado. Aunque estos residuos no sean aptos para consumo humano, pueden emplearse como fuente de carbono en la producción de biocombustibles.

Biocombustible

Durante muchos siglos el modelo predominante en las actividades humanas ha sido el denominado como economía lineal, modelo en el cual la materia prima se procesa para obtener productos y/o servicios, y los residuos que se generan de ese proceso son desechados. Dicho modelo es el responsable de la problemática ambiental producida por dichos residuos. En los últimos años, y en la actualidad, cobra importancia la implementación en las actividades humanas, del concepto de economía circular, en el cual se da uso a los residuos generados por dichas actividades. El concepto de economía circular es congruente con los objetivos sostenibles establecidos por la ONU (Organización de las Naciones Unidas).  

Usar los residuos convirtiéndolos en productos útiles para la sociedad, es una forma asertiva de evitar su inadecuada disposición y poderlos reintegrar a la cadena de producción. Por lo anterior, desechos como los procedentes de frutas y verduras, por sus características son una posible fuente de biocombustibles. 

Entre las características valoradas de los residuos de frutas y verduras, para considerarse para la elaboración de biocombustibles, figuran:

  • Aspecto físico de cáscara, pulpa y/o semilla.  
  • Variabilidad de aspecto en relación con el tiempo.  
  • Pérdida de humedad. 
  • Presencia de hongos.

Los componentes que se encuentran en los residuos de frutas y verduras, son principalmente: 

  • Fibras, en forma soluble como las pectinas y en forma insoluble como celulosa y hemicelulosa.  
  • Ácidos grasos mono y poliinsaturados, en frutos como el aguacate y el coco.  
  • Acilglicéridos, glicolípidos, fosfolípidos, carotenoides, terpenoides y ceras.  
  • Carbohidratos, principalmente fructosa y almidón.  
  • Proteínas.  
  • Vitaminas y minerales.  
  • Una alta proporción de agua.

Estos componentes los hacen unos excelentes candidatos de materia prima para la producción de biocombustibles por las siguientes razones:

  • Los azúcares pueden ser fermentados para la obtención de alcoholes.  
  • La fibra en forma insoluble, ya sea la celulosa o hemicelulosa pueden tratarse, con el propósito de obtener más azúcares. 
  • La fracción lipídica: ácidos grasos, acilglicéridos, glicolípidos, fosfolípidos, carotenoides, terpenoides y ceras; puede ser usada para la producción de biodiesel. 
  • Por su contenido de fracciones de azúcares fermentables. 
  • Contenido de aceite presente en algunas semillas como la de aguacate, el cual puede ser usada como materia para obtener biocombustibles. 
  • A partir de la celulosa, hemicelulosa y lignina, se puede sintetizar bioalcoholes como el bioetanol. 
  • Los aceites extraídos de las semillas pueden tratarse con alcohol para la obtención de biodiesel.

Es una realidad que los residuos de frutas y verduras son generados diariamente y que su alto contenido de azúcares, los convierte en una excelente materia prima para la obtención de biocombustibles, por tanto, la reincorporación de los componentes de los residuos de frutas y verduras a la cadena productiva, es la forma más eficaz de manejo de estos residuos y la más amigable con nuestro ambiente.

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