La ira es una emoción inherente a la naturaleza humana y que todos experimentamos alguna vez en nuestra vida. Si bien la ira es algo natural, la forma en que expresamos ese sentimiento es producto de nuestra elección.
La ira expresada de forma desatada puede ser muy perjudicial porque:
¿Qué nos queda hacer ante ese sentimiento natural? Aprender a gestionar esa ira de manera que la podamos prevenir y/o controlar con éxito para que no nos cause ningún problema.
La ira por sí sola no es negativa, de hecho puede llegar a ser saludable pero sólo si nos motiva a la búsqueda de soluciones ante las situaciones difíciles o conflictivas.
La ira es un estado emocional que va acompañado de cambios de toda índole principalmente de tipo físico y psicológico como son:
Los estallidos de ira suelen presentarse como consecuencia de patrones de pensamiento negativos como:
Muchos estudios científicos demuestran que la forma más saludable de enfrentar la ira es expresando esta emoción de una forma asertiva y para que esto ocurra se debe aprender a expresar las necesidades y/u opiniones de forma clara sin lastimar a los demás. Así mismo, podemos reprimir la ira y orientarla hacia algo positivo, esto consiste básicamente en evitar pensar en la ira que se tenga y centrar el pensamiento en cosas y recuerdos agradables.
La solución más adecuada para gestionar la ira es aprender a manifestarla, a exteriorizarla pero sin dañar a los demás y evitando que se acumule en nuestro interior y genere otros tipos de afectaciones, puesto que la ira reprimida trae problemas de ansiedad y depresión.
Por tanto, lo mejor que podemos hacer para lidiar con el sentimiento de ira es calmarnos, ya que la calma nos permite controlar el comportamiento que tenemos con los demás pero además permite calmar nuestro interior. La clave está en mantener la calma e implementar técnicas de tranquilización por nuestro bienestar físico, mental y social.
Procura abandonar la ira cuando esta te sorprenda, acepta que llevar o cazar peleas hasta el final no es una actitud de personas asertivas porque éstas procuran resolver los conflictos con menos discusiones.
Finalmente, recuerda que muchas ocasiones en la vida cotidiana generan ira, y debemos aprender a manejarla de diferentes formas y expresarla de manera asertiva por nuestro bienestar y el de los demás.