Al leer entramos en contacto con los pensamientos de otras personas. Cada vez que leemos un nuevo libro, cambia nuestro cerebro. Ese fenómeno recibe el nombre de plasticidad cerebral. Es decir, la actividad puede moldear la mente. Muchos neurocientíficos a través de sus investigaciones han demostrado que el cerebro cambia de forma, según la actividad mental que realicemos. Es importante mantener una actividad mental intensa, conforme vamos avanzando en edad.
El ejercicio cognitivo protege la salud cerebral y confiere protección contra la demencia. Al avanzar en edad, la actividad mental se encuentra más dominada por rutinas cognitivas, es decir, las personas con el paso de los años tienden a actuar como si estuvieran en “piloto automático”. En las etapas avanzadas de la vida es necesario tener una vida mental intensa: leer, aprender nuevas cosas, viajar, conocer personas, todo esto garantiza el bienestar cognitivo.
Según varios estudios científicos leer por un tiempo de 6 minutos es suficiente para reducir el estrés, disminuir el ritmo cardiaco, aliviar la tensión y mejorar el estado de ánimo. Además de lo mencionado, leer en la noche antes de dormir y convertirlo en un hábito puede hacer parte de nuestro ritual nocturno y permitirá que nuestro cuerpo asocie esta actividad con el sueño y obtendremos un mejor y reparador sueño. La lectura desarrolla el hemisferio izquierdo, especialmente las zonas de Broca y de Wernicke.
Nuestro cerebro usa dos rutas para la lectura. La zona de Broca es decir el lóbulo frontal y la zona de Wernicke, el lóbulo temporal. La primera zona realiza una conversión grafofonológica y la segunda zona reconoce la palabra atendiendo a su aspecto. La última zona es más rápida y depende de la experiencia del lector. En palabras sencillas, el área de Broca está involucrada en el ordenamiento de los fonemas en palabras y en la unión de palabras para formar frases y oraciones, mientras que el área de Wernicke es la responsable del procesamiento de los sonidos que escuchamos. A leer antes de dormir no sólo para relajarnos y dormir mejor sino para mantener activas las zonas de nuestro cerebro.