El propósito de las comidas de trabajo es intercambiar opiniones o llegar a acuerdos mientras se comparte una mesa y un menú.
De igual forma, estas comidas pueden ser útiles como un momento de relajación, o para fortalecer las relaciones interpersonales entre los empleados. Según la hora del día en que se realice la comida de trabajo, se habla de:
Desayuno: este se desarrolla durante aproximadamente una hora, con el fin de planificar el trabajo del resto de la jornada. Para este, se requiere tener en cuenta los hábitos alimenticios de las personas que asistirán para que la cantidad y el tipo de alimento que se seleccione sea el adecuado. Suele estar compuesto por café, leche, bebidas calientes, infusiones, zumos y bollería o productos de panadería.
Coffee Break: se realiza aproximadamente a las 10:30 am y su duración es de 15 a 20 minutos. Consiste en un café o bebida caliente acompañado de un tentempié y su finalidad es contar con un breve descanso durante la jornada laboral.
Coffee time: es el break que se realiza en horas de la tarde y comprende una pausa para tomar café.
Brunch: el término surge de la fusión de las palabras breakfast y lunch. Su origen es americano, se suele realizar en días festivos, en los cuales no se madruga mucho.
Almuerzo: se realiza ya sea en el mismo lugar de trabajo o en restaurantes, su duración está determinada por el tipo de tema que se tratará, pero se recomienda que no sea mayor a 2 horas. El menú debe ser sencillo para no distraer a los comensales del tema de interés, objeto de la reunión.
Snack o té: se realiza normalmente en el lugar de trabajo, compartiendo pequeños tentempiés y algunas bebidas.
Cena con pareja: se usa para estrechar los lazos entre los asistentes, para favorecer contactos empresariales. Se aconseja realizarlo en un buen restaurante, con un ambiente agradable y un buen servicio de catering.
Copas: puede usarse después de la jornada laboral, con la finalidad de relajarse, sin excederse por supuesto en las bebidas y número de copas que se ofrezcan, de tal forma que nadie se emborrache.
Las comidas de trabajo surgen de la necesidad de trasladar los asuntos de trabajo a un espacio más cordial, y suele servir para cerrar negociaciones que han quedado estancadas, precisamente porque el ambiente se relaja y apaciguan los ánimos.