Emprender en Colombia es un camino lleno de sueños, creatividad y esperanza, pero también de dificultades que ponen a prueba la resiliencia de quienes deciden dar vida a sus ideas de negocio. El país cuenta con un ecosistema emprendedor en crecimiento, respaldado por iniciativas gubernamentales, incubadoras y el interés creciente de los inversionistas; sin embargo, los obstáculos estructurales y coyunturales hacen que materializar un proyecto empresarial se convierta en un verdadero reto.
Uno de los principales desafíos es el acceso al financiamiento. Aunque existen programas de apoyo como el Fondo Emprender, iNNpulsa y diversas líneas de crédito, muchos emprendedores encuentran barreras relacionadas con los requisitos de garantías, historial crediticio o trámites complejos que retrasan el proceso. Para quienes apenas inician, la falta de capital propio y la dificultad de conseguir inversionistas se convierte en un freno que impide pasar de la idea a la ejecución.
A este problema se suma la burocracia y la complejidad de los trámites legales. Formalizar una empresa en Colombia implica cumplir con una serie de requisitos que, aunque buscan garantizar la legalidad, en ocasiones resultan desproporcionados para negocios pequeños o en etapa inicial. Esto lleva a que muchos emprendedores operen en la informalidad, limitando sus oportunidades de crecimiento y acceso a beneficios estatales.
Otra dificultad es la falta de conocimientos técnicos y administrativos, ya que no todos los emprendedores tienen formación especifica, lo que puede generar errores y reducir la capacidad de adaptación.
En este panorama, la Fundación Coomeva se convierte en un aliado fundamental. A través de su programa de emprendimiento, brinda formación, asesoría especializada y acompañamiento integral para que los emprendedores puedan transformar sus ideas en modelos de negocio sostenibles. Además, genera espacios de networking, impulsa el acceso a información de valor sobre tendencias de mercado y conecta a los emprendedores con oportunidades dentro del ecosistema empresarial.
El contexto social y económico también añade incertidumbre, con factores como la inestabilidad financiera o la inseguridad en algunas regiones, que dificultan el crecimiento de los negocios.
A pesar de estos retos, los emprendedores colombianos se destacan por su capacidad de innovación y resiliencia.
Muchos logran convertir las dificultades en oportunidades para diversificar, crear alianzas y usar la tecnología como herramienta de crecimiento. Casos de éxito como Rappi, Habi o Simetrik demuestran que, con el acompañamiento adecuado y una visión estratégica, es posible superar las barreras y posicionarse en el mercado nacional e internacional.
En conclusión, los retos que enfrentan los emprendedores en Colombia son múltiples y complejos: financiamiento, trámites, formación y entorno económico. No obstante, con el apoyo de iniciativas como las de la Fundación Coomeva, estos desafíos encuentran un contrapeso positivo que facilita el camino. Gracias a su labor de educación, asesoría y conexión, los emprendedores no están solos, sino acompañados en cada etapa de su vida empresarial, con mayores posibilidades de consolidar sus proyectos y contribuir al desarrollo del país.
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