Una relación sana es toda aquella que no es necesariamente perfecta, pero sí es aquella que brinda bienestar tanto física como emocional y no por el contrario: que lastima, manipula o violenta y genera en nuestras vidas cualquier tipo de afectación psicológica que, en la mayoría, de los casos es prolongada.
Actualmente es más común escuchar hablar de las personas tóxicas: “el tóxico de mi novio, de mi novia, la tóxica de mi esposa o esposo, amiga(o)”... Normalizamos el término y hasta se acepta dentro de nuestras narrativas y estilos de vida, por lo tanto, algunos psicólogos y psiquiatras ahora hablan de las personas vitamina. Es decir, aquellas que son lo contrario de las tóxicas y como su nombre lo indica: te proveen de bienestar dentro de la relación establecida pese a las diferencias que puedan existir, no hay cabida a la violencia o manipulación, los limites son claros y la base de la relación es el respeto mutuo.
Por lo anterior es importante identificar las personas vitamina en nuestra vida, y así como es fácil reconocer a las tóxicas y nombrarlas, necesitamos aprender a identificar aquellas que no lo son para empezar a rodearnos de personas que contribuyan a nuestro bienestar. Es importante comprender que, a veces, es necesario alejarse de alguien que no te hace bien así lo quieras; es el mejor acto de amor propio que puedes realizar.